Basta un paseo por cualquier barrio de Aranda de Duero para percatarse de las dificultades que atraviesan los autónomos. Algunos locales suman años cerrados. Incluso aunque se hallen en ubicaciones céntricas o en calles que hasta hace no mucho contaban con potencial. Sucede en la avenida Castilla, en Santa Lucía y hasta en la propia Isilla, la principal arteria comercial de la capital ribereña. Ahora bien, tampoco escapan a esta 'sangría' en Santa Catalina o el Polígono Residencial. En paralelo, otros tantos negocios van por el mismo camino. De hecho, en este momento se anuncian varios cierres y liquidaciones de establecimientos de moda, ciclismo o saneamientos. Semejante panorama tiene su reflejo en las estadísticas del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Según los datos de julio, en Aranda hay 2.522 afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, la cifra más baja de los últimos 12 años. Sí, toca remontarse hasta 2011 para dar con un número inferior de trabajadores por cuenta propia. En aquel entonces había 2.474 autónomos.
Así, desde 2011 hasta la actualidad, el descenso ha sido continuo, aunque con altibajos. De hecho, los ejercicios de 2012, 2013, 2014 y 2015 se cerraron con un aumento del número de trabajadores autónomos en Aranda de Duero. De los 2.474 de 2011 se pasó a 2.588 un año después, luego a 2.651, a continuación a 2.695, hasta alcanzar el pico máximo en 2015, con 2.706 empleados por cuenta propia, de acuerdo con los datos del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social.
Sin embargo, desde 2015 hasta este momento las cifras de afiliación dibujan una línea descendente. El año 2016 terminó con 2.633, es decir, 73 autónomos menos. En 2017, se registró una tímida subida hasta los 2.639 y, después, bajada tras bajada. En diciembre de 2018 había 2.606 empleados por cuenta propia y en 2019; 2.588. La pandemia de coronavirus que puso patas arriba el mundo acabó de rematar el panorama, aunque sus efectos se empezaron a notar con un cierto retardo. En 2020, el número de autónomos en Aranda bajó a 2.582; en 2021 subió hasta los 2.589, pero en 2022 volvió a descender a 2.555.
En lo que va de año, prosiguen las bajadas mes a mes, aunque más tímidas que las contabilizadas en ejercicios previos. Así, enero arrancó con un total de 2.542 afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos en Aranda. En febrero, la cifra cayó ligeramente a 2.537. Después, a 2.534 en marzo. Mientras, en abril subió hasta 2.543 y en mayo se mantuvo. Pero en junio se produjo otra bajada, hasta 2.531 autónomos, y en julio llegó el enésimo descenso, con 2.522 afiliados en la capital ribereña.
Incluso en 2008 y 2009, en pleno estallido de la crisis económica y la burbuja del ladrillo, Aranda llegó a registrar mejores cifras de afiliación al régimen de autónomos, con 2.630 y 2.527, respectivamente.
Pese a la pérdida continuada, desde la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) ya indicaron a este diario que Aranda «se mantiene mejor» que otros municipios. Y es que Castilla y León lleva perdiendo trabajadores por cuenta propia desde la crisis de 2008. Otro factor que se esconde detrás de las bajas en la capital ribereña tiene que ver con las jubilaciones y la falta de relevo generacional, ya sea en el comercio, la hostelería o en gremios de los considerados tradicionales como la construcción, fontanería o electricidad.
Ahora bien, siempre hay excepciones. Una de ellas la encarna Andy Jackelin Lainez, de 35 años, quien desde hace cinco meses ha asumido las riendas de la peluquería Tovane, con una trayectoria de más de 20 años. Sabe que el momento, marcado por una creciente incertidumbre, no es el mejor, pero defiende que con «valentía y esfuerzo las cosas salen adelante».
En Roa. Mientras, en Roa de Duero el número de autónomos se sitúa en 238. Se trata de una cifra que apenas ha experimentado leves altibajos durante los últimos dos años. El registro más bajo se contabilizó en agosto de 2021 con 231 y el más alto, este junio con 241.
«Te lo tienes que currar y poner mucho sentimiento»
Andy Jackelin Lainez recientemente ha asumido las riendas de la Peluquería Tovane
Andy Jackelin Lainez sabe bien lo que implica caerse y volverse a levantar. A finales de 2022 tuvo que cerrar el negocio de dulces que había montado en 2019 en pleno centro de Aranda. La pandemia le hizo polvo, pero lejos de resignarse ha asumido las riendas de una peluquería, en la calle San Francisco, que se traspasaba. Las primeras sensaciones en estos cinco meses no han podido resultar más positivas.
«Nos han recibido con los brazos abiertos», dice satisfecha. Cuenta que se animó a emprender esta nueva aventura empresarial por su hija de 15 años, quien ya tiene claro que en el futuro le gustaría formarse en el sector de la estética y dedicarse a ello. «Esta es también una forma de que no se vaya de Aranda, de que tenga una fuente de empleo en casa», apunta Jackelin, que ya ha generado cuatro empleos en su peluquería y salón de belleza, donde reina la diversidad. «La peluquera es española, el barbero y peluquero de Colombia, la esteticista de Rumanía y yo, que me ocupo de la gestión, de Honduras», destaca.
Lainez, de 35 años, confía en el potencial de la peluquería Tovane, que acumula una trayectoria de más de 20 años en la capital ribereña. Eso sí, se muestra consciente de que el día a día «te lo tienes que currar, todo es ponerle mucho sentimiento». Con estos valores como premisa, recomienda a los jóvenes que emprendan:«Si le echas valentía y esfuerzo todo sale adelante».