Un año sin respuesta. Así se encuentran los taxistas de Aranda de Duero, que en marzo de 2022 solicitaron al Ayuntamiento que actualizara sus tarifas urbanas, congeladas desde 2005, y las subiera al menos un euro para amortiguar el golpe de la pandemia y el encarecimiento de los combustibles, entre otros factores. En el sector constatan que desde entonces no han recibido noticias y admiten que tampoco tienen demasiada confianza en que les vayan a contestar como les ha sucedido en otras ocasiones cuando han planteado distintos asuntos al Consistorio ribereño. «No hay comunicación», lamentan.
La mayoría de trayectos por la ciudad tienen un coste de cinco euros. En la actualidad, en Aranda existen 20 licencias de taxi, que circulan sin contador taxímetro puesto que sólo es obligatorio para localidades de más de 50.000 habitantes. «No sólo ha subido la gasolina, también comprarse un vehículo ahora es mucho más caro. Todo se ha disparado una barbaridad», insiste un taxista, mientras detalla que un mismo modelo de coche puede resultar alrededor de 7.000 euros más caro.
Otro conductor admite que la situación ha llegado a tal punto que «si estás en la parada y llega un cliente, haces el servicio; pero si te tienes que desplazar mucho puede que ni merezca la pena». Ahora bien, son conscientes de que no les queda más remedio que seguir trabajando a la espera de que la situación mejore. «Pedimos un euro más, un euro en 17 años, pero ni siquiera nos contestan», denuncian, sin olvidar que las obras que se están acometiendo en numerosos puntos de la ciudad les obligan en ocasiones a dar más vueltas y, por tanto, tardan más tiempo de lo habitual en cada trayecto.
«Creo que saldríamos ganando con un taxímetro», apunta otro taxista, consciente de que «la burocracia ralentiza todo, pero es que aquí cualquier asunto con el ayuntamiento se vuelve eterno. Y no es quejarse por quejarse».
Cuatro céntimos más. Por su parte, la Junta de Castilla y León sí que ha actualizado las tarifas interurbanas hasta en dos ocasiones, de tal forma que en este momento cada usuario paga 65 céntimos por kilómetro durante los servicios diurnos y 75 céntimos en nocturnos y festivos. Previamente, las tasas se habían subido a 61 céntimos por kilómetro en trayectos diurnos y a 72 céntimos en nocturnos, algo que aplauden en el sector.