Pena de cárcel -es verdad que no demasiado alta, 6 meses-, una elevada indemnización y una multa. Mucho cuidado con hacerles la vida imposible a los vecinos de al lado. La Fiscalía actúa y los jueces condenan. Las denuncias por hostigamiento continuado prosperan y tienen sus consecuencias. Puede dar fe de ello un habitante del barrio de la Ventilla (al este de la capital), a quien el juzgado de lo Penal 3 le ha impuesto medio año de prisión por ser autor de un delito de acoso al matrimonio que residía y reside en el chalé contiguo al suyo. Insultaba a la pareja, les grababa con el móvil e incluso llegó a pinchar la rueda de uno de sus coches colocando puntas en la calle por donde iba a pasar.

El acusado y la pareja son vecinos desde el año 2014. Sus chalés, adosados, comparten pared. El conflicto comenzó en diciembre de 2018, cuando concluyó la reforma de la calle en la que todos vivían. Al ahora condenado le molestaba que marido y mujer aparcaran sus automóviles en la calle, al considerar que desde su modificación ya no se podía estacionar. La sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico, advierte de que «no existe un criterio claro ni del Ayuntamiento ni de la Policía Local sobre si es posible dejar el coche allí o no». En todo caso la Audiencia, en respuesta al recurso presentado por el procesado, sostiene que «la aplicación de las normas de tráfico es indiferente y ajeno al debate jurídico suscitado en la causa penal y también si el denunciante y su esposa impedían el paso de vecinos y transeúntes contraviviendo la normativa viaria» (...).

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