La inteligencia artificial reabrirá el viejo edificio del Vena

B.G.R. / Burgos
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El Instituto Nacional de Ciberseguridad aporta 816.000 euros a un presupuesto de 1,2 millones. La UBU avanzará en su reforma y contratará a 10 científicos

Imagen de archivo del inmueble que acogió en su día la antigua Escuela de Empresariales y que lleva cerrado más de una década. - Foto: Jesús J. Matías

Los avances de la Universidad de Burgos en el campo de la inteligencia artificial (IA) han llamado la atención del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), que ha seleccionado uno de los proyectos del campus dentro de la invitación pública convocada para la promoción de estudios estratégicos en este ámbito publicada por el ente dependiente del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública. Esta decisión, que ha quedado plasmada en un convenio de colaboración entre ambas entidades, no solo supondrá un impulso para la investigación sino también la reapertura del edificio en desuso de la Escuela Politécnica del Vena, que acogerá al equipo de científicos que se ocupará de desarrollar el estudio hasta el mes de diciembre del ejercicio 2025.

La institución académica comenzó el pasado verano los trabajos básicos de recuperación del inmueble para su puesta en marcha como sede formativa, si bien estos se verán ampliados gracias a la financiación del Incibe, que aporta 816.000 euros a un presupuesto global que asciende a 1,2 millones y que posibilitará también la contratación de 10 de personas. «Una inyección económica de esta envergadura supone un antes y un después para la UBU», subraya el profesor Álvaro Herrero, al frente de la iniciativa y director de la Cátedra de Inteligencia Artificial que creó la academia el año pasado.

Herrero reconoce que la apertura de este edificio permitirá aliviar los problemas de espacio que sufre en la actualidad la Politécnica del Vena, además que poder escalar a un primer nivel en una línea de investigación hasta ahora modesta en la que la escuela trabaja desde hace dos décadas. En este sentido, remarca el carácter «estratégico» de este proyecto, que gira en torno a cómo se puede aplicar la IA a tres campos de forma segura: el industrial y el agrícola, contando ya con la colaboración de empresas y entidades productivas de ambos sectores, así como el doméstico, aplicado al uso de un sinfín de dispositivos móviles en la sociedad o el llamado el internet de las cosas. A modo de ejemplo, se buscarán soluciones para asegurar y proteger desde altavoces inteligentes hasta distintos electrodomésticos.

El Incibe, por su parte, destaca y alaba la trayectoria de la UBU y, concretamente, de los investigadores del departamento de Digitalización y del grupo de Inteligencia Computacional Aplicada, además de destacar que el estudio seleccionado se enmarca dentro del ámbito de «sistemas innovadores para el análisis de dispositivos de internet de las cosas, profundizando en la confluencia de dos de las principales tecnologías de la actualidad: la IA y la ciberseguridad». Se trata de encontrar respuestas frente a posibles ciberataques o intrusiones, de fortalecer la capacidad de la UBU en esta materia y de «incrementar el conocimiento que los profesionales de los sectores objetivos tienen sobre seguridad».

El trabajo se completará con acciones de ciencia ciudadana y de divulgación científica, así como de actividades relacionadas con estas materias en el campo de la docencia. Herrero sitúa a mediados de año el traslado del equipo a las instalaciones del edificio que acogió en su día la antigua Escuela de Empresariales, donde también se mantendrá la intención inicial de la UBU de convertirlo en un centro de referencia en formación permanente dirigido a la sociedad y vinculado al mundo de la empresa.