La Puebla recibe al Cid

I.L.H.
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En el número 30, el Gremio de Autores Plásticos (GAP) ultima un mural de 10 metros para el Burgos Cidiano. Pendones y gente en ventanas y calles saludan al Campeador, que festeja su regreso del 29 de septiembre al 1 de octubre

Ver la evolución de la obra y a los artistas trabajando en el mural es parte del atractivo de esta iniciativa, que hace detenerse frente a ella a vecinos, visitantes y peregrinos. - Foto: Valdivielso

Confeti, trajes de época, pendones, gente en las ventanas de casas con entramado de madera, el pueblo en la calle esperando el paso de los caballos y algún elemento fuera de lugar para probar la sagacidad de los más observadores. La Puebla se está engalanando para recibir a Rodrigo Díaz de Vivar, que regresa a casa junto a Martín Antolínez y Álvar Fáñez (Minaya) y lo celebra por todo lo alto del 29 de septiembre al 1 de octubre. Ese recibimiento, que según el Cantar de mío Cid fue algo más triste cuando el Campeador pasó por Burgos camino del Destierro, lo relata el Gremio de Autores Plásticos (GAP) como si el grupo fuera el cronista de la época. En los 10 metros de muro del antiguo edificio de la Comandancia, en el número 30 de la céntrica calle, están pintando unos versos del cantar de gesta como atrezo del Burgos Cidiano.  

Si la lluvia les deja, habrán acabado antes de que termine la semana. Empezaron bocetando el mural el domingo pasado y ayer ya se intuía gran parte de la escena, en la que los burgaleses reciben a su héroe como dice el poema: Ya por la ciudad de Burgos el Cid Ruy Díaz entró. Sesenta pendones lleva detrás el Campeador. Todos salían a verle, niño, mujer y varón, a las ventanas de Burgos mucha gente se asomó. Esa algarabía y efusividad ante su vecino es la que representa La Puebla, dejando al espectador que se imagine lo que pasaría por sus mentes a raíz de lo que narran luego los versos, cuando al Campeador nadie se atrevió a abrirle la puerta por temor a las represalias del rey: ¡Cuántos ojos que lloraban de grande que era el dolor! Y de los labios de todos sale la misma razón: «¡Qué buen vasallo sería si tuviese buen señor!»

El mural se está realizando de manera colaborativa por lo que llevará la firma del colectivo (que por cierto tiene su sede en una calle muy cidiana, Diego Laínez). Son miembros del GAP y por tanto artífices de la obra: Ismael Ali de Unzaga, Luiso Orte, Simón de Castro, Óskar Díaz, Umberto Abad, José Luis Ramos, Elvira Mateos, Beatriz Marcos, Sacris, María Gómez Pereda, Rafael Mediavilla, María de la Fuente (Maritxu Berritxu), Fran del Hoyo y Fernando Arahuetes, que ayer mostró el apoyo a sus colegas acercándose a La Puebla.

Algunos detalles.

Una corneja. Aparece a la derecha, como narra el Cantar que ocurrió cuando el Cid salió de Vivar. Este pájaro, según por dónde apareciera, era augurio de buena o mala suerte. 

Pendones. El que aparece en primer lugar es el del Campeador. Para el resto han optado por tomarse algunas licencias.

Cielo despejado. Sin nubarrones, para que no haya malos presagios.

14 autores. El mural es colectivo y llevo en la parte superior la firma GAP, que corresponde al gremio integrado por una quincena de artistas.

10 x 5 metros. La obra ocupa diez metros de largo por cinco de alto y se está realizando con brochas y pinceles.

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