El lobo ataca otra vez junto a Espinosa y mata 4 reses

A.C. / Espinosa
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Ante los ataques sufridos en las últimas semanas y que comenzaron el pasado año, la ganadera Silvia Martínez Fernández teme tener que «quitar las vacas, si esto sigue así», por las pérdidas que suponen

Un detalle de la parte trasera de la vaca y la herida abierta por la pérdida del rabo.

Muchos ganaderos sufren los ataques del lobo en silencio sin denunciarlos ni darlos a conocer, porque apenas les compensan las gestiones que han de realizar para cobrar, con muchas dificultades, las franquicias de sus seguros, la única ayuda establecida por la Junta de Castilla y León. Silvia  Martínez Fernández era una profesional callada, pero ha decidido hacer públicos los ataques que su ganado ha sufrido en las últimas semanas porque «vamos a tener que quitar las vacas, si esto sigue así». Este otoño ha encontrado descuartizados ya tres terneros pasteros y una novilla. El viernes una de sus vacas amaneció sin rabo con graves mordeduras que obligan a sacrificar al animal ante el sufrimiento que le suponen.

Los primeros ataques a finales de septiembre se localizaron en el monte Domingo Pájaro, en el alto de la pedanía espinosiega de Para. A apenas un kilómetro pastaba la vaca víctima del lobo este viernes, atacada en un prado a unos 300 metros de las primeras viviendas de Santa Olalla y menos de un kilómetro de las más cercanas del casco urbano de Espinosa, puesto que Para, Santa Olalla y Espinosa están muy cercanos entre si.

Así pues, el cánido salvaje se vuelve a atrever a acercarse a los cascos urbanos, como ya sucedió en abril del pasado año, cuando un vecino de Espinosa grabó imágenes de un lobo dentro de una finca del paseo de la Castellana, en Espinosa de los Monteros, justo en el Barrio de Quintanilla, el más cercano a Santa Olalla. Allí mató dos ovejas que pastaban en un terreno con un vallado de piedra de más de 1,5 metros. Semanas antes hizo lo mismo con otras tres ovejas de otra casa colonial cercana. Andoni de Linaza, quien grabó las imágenes, aseguró ver al lobo correr por las calles de Espinosa.

La res será sacrificada hoy porque las heridas no tienen cura.La res será sacrificada hoy porque las heridas no tienen cura.

Silvia Martínez y su padre se hacen cargo de la explotación ganadera que tienen en Para. Manejan unas cien vacas de carne y en los últimos quince años todo había ido bien hasta que el pasado año comenzaron los ataques. En la denuncia que ha presentado ante la Guardia Civil esta ganadera afirma que «la situación con los lobos está descontrolada y está afectando a los ganaderos de la zona (...)».

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