La AP-1 se colapsa todas las semanas y con atascos de 2 horas

Fernán Labajo / Burgos
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Hay jornadas de tres o cuatro alertas por colapso y es algo más frecuente que ocurran en sentido Miranda. Los días festivos y las vacaciones son los más críticos

La AP-1 se colapsa todas las semanas y con atascos de 2 horas - Foto: Christian Castrillo.

Para afrontar un viaje por el corredor norte hacia el País Vasco, sobre todo en verano o en festivos, hay dos opciones: optar por la N-I a sabiendas de que el trayecto se hará más largo o cruzar los dedos y encomendarse a todos los santos para no quedarse atascado en la AP-1. Hace apenas dos días, dos accidentes por alcance ocasionaron retenciones de más de tres horas en la vieja autopista en plena operación salida. Una imagen que se repite cada año de media al menos una vez a la semana. Y cuando ocurre, lo normal es que el tráfico quede casi parado más de 100 minutos. Así lo muestra un informe elaborado por la Jefatura Provincial de Tráfico, que arroja un completo análisis sobre la circulación en este corredor. 

En lo que llevamos de 2022, la AP-1 se ha congestionado un total de 37 días. Y en algunas de estas jornadas se decretaron más de dos alertas por retenciones. Bien es cierto que, salvo ocasiones contadas, el nivel fue el amarillo, el más bajo que activa la Dirección General de Tráfico en caso de atasco. Sin embargo, en esta autopista es más que suficiente para convertirla en una auténtica ratonera. 

Para muestra, lo que pasó el viernes y el sábado. Varios accidentes con heridos leves bastaron para que centenares de vehículos que viajaban en dirección Burgos se quedasen atrapados durante horas, con intenso calor y sin apenas posibilidad de tomar una salida alternativa. Y no es que la situación pille con el pie cambiado a la DGT, que siempre dispone de un dispositivo para desviar tráfico cada vez que se produce una colisión. La cuestión es que la ausencia de accesos y de un tercer carril reduce a mínimos las posibles soluciones. 

 En diciembre se cumplirán cinco años desde la liberación de esta autovía. Lejos de mejorar, las cosas empeoran ejercicio tras ejercicio y verano tras verano. En su primer año completo de gratuidad, se contabilizaron medio centenar de atascos en la AP-1. Luego llegó la pandemia y desvirtuó los datos, pero ya 2022 fue una bofetada de realidad. Un total de 75 alertas por congestión se habían contabilizado cuando apenas se habían cumplido los seis primeros meses. Pues bien, en 2023, son ya un centenar hasta agosto. 

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