A diferencia de lo ocurrido hace un año por estas mismas fechas, cuando la ocupación media no había sobrepasado a la de 2022, lo empresarios de hoteles de la capital, principalmente de tres y cuatro estrellas, se felicitan por el comportamiento del turismo durante este ejercicio a la vista de que los datos de sus establecimientos han evolucionado mejor que los de 2023. De la misma forma, el sector de la restauración celebra los resultados obtenidos, aunque en ambos casos los crecimientos sean moderados.
En el ámbito de la hotelería se prevé cerrar 2024 con una ocupación media del 72%, frente al 70% de la anualidad anterior, teniendo en cuenta que el pasado macropuente de diciembre no resultó tan favorable como lo esperado y descontando que, en su conjunto, no se trata de un mes fuerte para esta actividad. Así lo admite el presidente de la Asociación Burgalesa de Hospedaje, Luis Mata, quien atribuye a la adversa meteorología el hecho de que llegaran más cancelaciones que reservas de última hora. Solo se rozó el lleno la noche del día de la Constitución, y no la del sábado, que se quedó, al igual que la del jueves, en torno al 70%, y cayó hasta el 50% la del domingo debido a que solo fue festivo el lunes en seis regiones, entre las que no figuraba ni Madrid ni País Vasco.
Al margen de fechas puntuales, el incremento de la ocupación en alojamientos convencionales lleva consigo un aumento de los precios de las habitaciones, que, según Mata, han pasado de 73 a 76 euros. Al respecto, precisa que esa diferencia se ha conseguido «sin haber trasladado todas las subidas de costes que hemos asumido durante este ejercicio», refiriéndose principalmente a las salariales fruto del alza firmado en el convenio colectivo. Por el contrario, añade, que el resto de gastos, como el energético, ha escalado en línea con el IPC.
El también vicepresidente de la Federación de Hostelería valora de forma positiva la evolución del sector durante este año, que a su vez enmarca dentro de una tendencia generalizada registrada en destinos similares al de la capital. «Es mucho mejor crecer poco a poco que computar grandes subidas, ya que estas suelen ser la antesala de crisis y batacazos posteriores», apostilla.
(Más información, en la edición impresa de este martes de Diario de Burgos o aquí)