Fuentes Blancas se adelantó al futuro

D. ALMENDRES
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La tala de las choperas que reinaron durante décadas en el parque logró el equilibrio perfecto para garantizar la seguridad de las personas y asegurar la regeneración natural del ecosistema

Febrero de 2023. El parque de Fuentes Blancas vive durante la última década una constante regeneración del entorno natural cuyo resultado es el actual paisaje del pulmón de la ciudad. - Foto: Luis López Araico

El parque de Fuentes Blancas vive durante la última década una constante regeneración del entorno natural cuyo resultado es el actual paisaje del pulmón de la ciudad. No se trata de un periodo elegido al azar. Exactamente, se cumplen 10 años del comienzo del ambicioso plan de tala y posterior repoblación de las especies que reinaron este espacio de la capital durante casi cuatro décadas.

En el año 2009 un informe interno elaborado por el Ayuntamiento de Burgos alertó del peligro público que suponían las grandes extensiones de chopos híbridos plantados en su momento para explotar su madera. Sin embargo, esta actuación nunca se llevó a cabo y los árboles envejecieron rápido hasta convertirse en un asunto prioritario para la garantizar la seguridad de los viandantes.

Entonces ya se realizaban de forma puntual campañas de tala centradas en aquellos ejemplares catalogados de alto riesgo por su mal estado, pero hubo que esperar a febrero de 2013 para zanjar de una vez por todas esta situación. El Ayuntamiento desarrolló un modelo de actuación que se ha tomado como referencia en posteriores proyectos. 

«Aquello se hizo bien y con criterio. Estuvo bien planteado porque aquella intervención evitó riesgos para la persona y lo compatibilizó con la vida silvestre», explica Miguel Ángel Pinto, director del Aula de Medio Ambiente de la Fundación Caja de Burgos.

Bien sabe de lo que habla este experto en la materia, ya que este organismo y la Junta de Castilla y León participaron activamente en el proyecto. La primera fase duró ocho semanas y afectó a dos zonas, comenzando en los sectores más próximos al río y avanzando después a la altura del camping para conectar con la zona del tobogán de Fuentes Blancas en futuros programas.

El trabajo de las máquinas pronto evidenció la delicada realidad, ya que se contaron por cientos los ejemplares secos, podridos o inclinados. El avanzado estado de deterioro de las choperas se resume en las estadísticas que dejó aquella fase inicial de los trabajos.

Más de 260 voluntarios participaron en este plan, el cual sumó 1.675 chopos talados en 15 días. Posteriormente, la cifra aumentó hasta un total de 2.160 ejemplares eliminados, mientras que 520 fueron podados. A lo largo de aquellos días se acumularon más de 1.300 metros cúbicos de madera, la mayoría de mala calidad.

Fue un plan minuciosamente estudiado y no se cortaron árboles al tuntún. No en vano, alrededor de 200 chopos ubicados en las zonas más delicadas del parque se salvaron entonces de pasar por la motosierra. 

Después llegó el momento de repoblar los puntos que quedaron 'desertizados' con 1.700 nuevos árboles plantados. Los arces (acer pseudoplatanus) tuvieron un mayor protagonismo, aunque también se apostó por especies como el chopo del país, el álamo blanco y algunos abedules que se unieron a la regeneración natural de los robles que habitan Fuentes Blancas.

Isla de biodiversidad. El proyecto diseñado hace ahora 10 años se adelantó a su tiempo al reservar un espacio para que la flora se desarrollara con libertad. Esta renaturalización del terreno elegido junto al camping tenía como objetivo mantener intacta la biodiversidad del parque y las especies protegidas, como el caso de la anemonia amarilla.

Los zarzales y los arbustos salvajes, que ojos del ciudadano pueden asociarse a una falta de mantenimiento, juegan un papel muy importante en el ecosistema como también lo hacen los árboles secos ya trasmochados. En esos puntos se habilitaron cajas-nido para palomas zuritas y búhos, mientras que los pájaros carpinteros realizan una labor luego aprovechada como refugios por otras aves como los estorninos.

Por eso, mientras los nuevos árboles siguen su particular proceso de crecimiento, las extensiones de terreno de Fuentes Blancas que parecen 'abandonadas' a su suerte permitirán al Ayuntamiento valorar la mejor respuesta de futuro para esta zona de la ciudad. «El parque es muy grande y permite mantener zonas libres», subraya Pinto.