Merindad de Cuesta Urria: La lucha por los servicios básicos

A.C. / Nofuentes
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Agricultura y servicios son los sustentos de este municipio, muy azotado por la despoblación y el envejecimiento de sus habitantes

Alfredo Beltrán Gómez, alcalde Tomó las riendas del Ayuntamiento en 2003 bajo las siglas del PP y anuncia que se volverá a presentar a las próximas elecciones para tratar de rematar los cabos sueltos de su gestión. - Foto: A.C.

Cuando Alfredo Beltrán llegó a la Alcaldía de la Merindad de Cuesta Urria en 2003, el Ayuntamiento se tenía que ocupar de los servicios de 511 vecinos, pero también de atender las necesidades de las más de 2.500 personas que llenan sus veintiún pueblos en verano. Pasados casi doce años, el censo y con él los ingresos, ha bajado a 378 personas y los visitantes veraniegos siguen dando vida a los pueblos y requiriendo servicios. Con ese escenario y pocos recursos, el Consistorio trabaja día a día por mantenerlos y mejorarlos.

Crear empleo es una de las preocupaciones del regidor, pero a reglón seguido admite que «es una de las cuestiones más difíciles, porque no tenemos infraestructuras». «Es una cadena -lamenta-. No hay empleo y los jóvenes se van y más tarde, cuando los padres se hacen mayores y también siguen a sus hijos». Además de ello y como sucede en muchas localidades de Las Merindades, Alfredo Beltrán afirma que «también hay población estable no empadronada para tener la sanidad en Vizcaya».

Las normas urbanísticas calificaron en su día una amplia área industrial en Pradolamata, pero tras años en el dique seco volvió a recalificarse como rústica, a petición de los propietarios que deseaban ver reducidos los impuestos por sus terrenos. En la actualidad, una empresa maderera ha puesto sus ojos en esta localidad, según avanza Alfredo Beltrán, pero los terrenos municipales están arrendados y se está buscando la fórmula para facilitar la instalación del aserradero.

En la Merindad de Cuesta Urria, con más de un 40% del censo mayor de 65 años, la población activa se divide casi a partes iguales entre los servicios y la agricultura. El arreglo de caminos que ayuden a mejorar la actividad agrícola es una constante entre las inversiones municipales. En lo que va de año se han invertido 23.000 euros en la reparación de caminos de cinco localidades y se han recuperado otros en desuso, como el de la Toba y de Intrios, que conectan Mijangos y Urria.

Los kilómetros de accesos a las pedanías que dependen de las arcas municipales son uno de los mayores lastres económicos para el municipio que debe mantenerlos año a año. Las pavimentaciones de calles ocupan otra parte importante del presupuesto y la más destacada del año ha sido la del paseo que conduce a las piscinas municipales en Nofuentes. Con un gasto de 43.500 euros se ha pavimentado y acondicionado con aceras de adoquín, a las que los servicios municipales van a añadir aparcamientos y bancos.

Junto a las piscinas se encuentran las antiguas instalaciones del ferrocarril Santander-Mediterráneo, en las que el Consistorio proyectó crear un albergue y un centro de interpretación y de ocio. Pero, «la clave era la vía verde», como señala el alcalde y este proyecto que iba a desarrollar el Ministerio de Medio Ambiente ha quedado en el dique seco de la crisis.

No obstante, la Merindad de Cuesta Urria cuenta con parajes naturales de gran belleza, como toda la falda de la Sierra de la Tesla, donde destacan los restos del castillo de Montealegre, en Valdelacuesta, o de la iglesia paleocristiana de Santa María de Mijangos. Para entrar a verlos se puede solicitar la llave en el Consistorio. Otros lugares son la cima de la Sierra de la Tesla, accesible desde Quintanalacuesta, o la gran llanura de Almedres.

Un lugar muy bien situado para otearlos sería el convento de Nuestra Señora de Rivas en Nofuentes, cerrado desde 2010. El alcalde afirma que está muy bien acondicionado para convertirse en un hotel, pero la propuesta de un hostelero donostiarra que se interesó por él no prosperó en su día.