Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Inspiración

12/10/2023

Basta darse un garbeo por ciertos países del norte de Europa para confirmar el atractivo de España como destino promisorio de tantas cosas: clima, comida, talante, hospitalidad (vaya, lo que los catalanes secesionistas se empeñan en ignorar). Lo que tenemos les llena porque carecen de ello y porque aprecian lo valen las cosas que en apariencia no cuentan pero que realmente son lo más importante de la vida.
Así lo constatan estos días un grupo de emprendedoras europeas reunidas en Pradoluengo, la villa burgalesa de las bayetas y los calcetines, sede de un encuentro para poner en común sus proyectos empresariales. Sus ideas, el boceto de sus sueños, pasa por Alemania, Albania, Rumania, Portugal, Holanda…. Y todo ello bajo el signo de las féminas, innovadoras genuinas que quieren llevar a su entorno propuestas del ámbito digital, museístico o de la ecología. Son quince de un total de mil que componen el programa a escala europea y que estos días comparten sus experiencias y fundamentan sus productos en Pradoluengo.
A sus promotores les ha costado conseguir traer esta iniciativa a la localidad, pero su advenimiento y el éxito que está cosechando no sólo justifican su presencia aquí sino que nos pone en la pista de otra prestación que ofrecemos: cualquiera de nuestras comarcas son el paraje idóneo para la gestación de proyectos, la dinamización de las ideas, la puesta en marcha y puesta en común de proyectos de más diverso tipo. Aquí se apacigua el ánimo, se serenan las pasiones, la armonía del entorno propicia el reposo interior y de todo eso no hay en las grandes urbes ni en las muchas veces hoscas latitudes metropolitanas.
Hoy les damos la bienvenida a las participantes en este Proyecto Internacional en nuestra tierra y lo subrayamos aquí, no sólo para ponerlo de manifiesto más allá del tumulto noticioso cotidiano donde los árboles nos ciegan el bosque, sino también para que ejerza de señuelo, de «liebre» para otros muchas propuestas análogas que podrían seguir viniendo para que veamos que la nuestra puede ser una tierra para soñar.