Félix Escribano

Luces Largas

Félix Escribano


Ambición

30/12/2023

Resulta que según varios estudios Burgos es de las ciudades españolas con mayor calidad de vida, y es para valorarlo y celebrarlo. Se trata de un concepto un tanto indeterminado, porque cada persona sabrá lo que más influye en lo que cada uno entiende como calidad de vida. Pero en la lista se aprecian algunas constantes. Pamplona, Logroño, Oviedo, Santander y Burgos. Todas ciudades medias del norte. El potentísimo poder de atracción de Madrid o Barcelona no supone que en las grandes metrópolis se viva mejor. Eso ya lo suponíamos muchos. La gran ciudad tiene sin duda muchos atractivos, pero la dificultad del acceso a la vivienda, la agresividad del día a día y el ritmo frenético de la gran ciudad no aportan calidad de vida, sino todo lo contrario. 

Y de ahí surge la oportunidad actual para las ciudades medias como Burgos: que seamos capaces de transformar esa calidad de vida en un motivo real y efectivo para retener y atraer población y crecer como ciudad en todos los sentidos. Para ello, además de aspectos como los niveles económicos medios de la población, la pujanza de la industria y la paz social, yo doy valor sobre todo al concepto de 'ciudad amable': calidad ambiental, calidad urbana, calidad cultural... Conozco varios casos de jóvenes que han regresado a Burgos desde Madrid, y eso me hace ser optimista. 
Pero ojo, no vale con celebrar que aquí se vive muy bien y quedarnos tan contentos esperar, porque así tendremos la mejor ciudad para jubilarnos. Si pensamos en el futuro de Burgos, lo que necesitamos es hacer valer ese atractivo para el talento joven, y eso es mucho más difícil, ya que la competencia de ciudades de nuestro entorno es muy potente. Yo en ese objetivo echo en falta mucha más ambición. Por ejemplo, es muy buena noticia que la actual corporación parece que va a apostar por potenciar la candidatura a Capital Europea de la Cultura en 2031. Porque la cultura en el sentido más amplio tiene que ser sin duda uno de los principales atractivos de la ciudad, y solo el proceso para estar en la competición ya genera sinergias muy positivas que enriquecen el tejido asociativo, como ya ocurrió en el 2016. Se empiezan a ver avances, pero es necesario un impulso decidido para ilusionar a toda la ciudad. Ese 'Renacimiento' tiene todavía que calar. Se echa en falta un revulsivo potente, hace falta ambición.

En este contexto, es desesperante ver que siguen encallados los principales equipamientos culturales después de años de gestiones: el Hospital de la Concepción no arranca, la ampliación del Museo de Burgos sigue inexplicablemente aparcada, y la ampliación del Archivo Municipal aparentemente tampoco avanza a pesar de ser una necesidad ineludible. Y aquí las responsabilidades se reparten entre todas las administraciones y colores políticos:Ministerio, Junta y Ayuntamiento. Resulta difícil ser ambiciosos si ni siquiera salen adelante los proyectos en marcha. Pero es imprescindible. A ver si en este nuevo año lo conseguimos.