Afirma Almodóvar que ahora hay menos libertad que en los años 80 porque vivimos bajo la dictadura de lo 'políticamente correcto', y asegura que el estreno de Entre tinieblas, en el 83, significó «un gran estallido de libertad». «Ahora tenemos una sensibilidad religiosa que casi se ha convertido en una ley y tiene partidos que la representan».

Para empezar, Entre Tinieblas no fue a verla ni Rita, pero no porque fuera un estallido de libertad, sino porque era mala, mala con ganas, una pésima y vacía provocación sin ningún contenido aprovechable. Además, creo que si ahora presenciáramos por primera vez a Almodóvar en mallas haciendo el idiota con McNamara o a Alaska miccionando sobre Luci en Pepi, Luci y Bom… el espectáculo pasaría prácticamente desapercibido, por muy políticamente incorrecto que fuera. Y es que todo eso, simplemente, ya no interesa.

No creo que Almodóvar tenga miedo de lo 'políticamente incorrecto' porque nunca le ha preocupado lo más mínimo, es más, esta ha sido una de las principales virtudes de su cine. Sí es cierto que atravesamos una época en la que hay que cuidar las apariencias de manera un tanto ridícula: todo debe estar cuidado para no ofender, hay que contentar a todo el mundo, cuidar cada calificativo… Pero los artistas demuestran su valía cuando nos hacen vivir sus sentimientos, sus ideas… sean convenientes o no, y la creatividad y el talento les deben permitir sortear cualquier tipo de censura, en este caso, para mí, de dudosa existencia. Eso hicieron Bardem, Berlanga o cientos de creadores desde el principio de los tiempos. Y ahí sí que había una dura represión.

Yo, que he vivido los 80 desde una ciudad 'de provincias' como Burgos y en años de juventud propicios al inconformismo, me siento tan libre ahora como en aquellos días en los que Los Secretos, Sabina o Radio Futura ponían banda sonora a mi vida.

Me molesta que personajes como Almodóvar 'supervisen' el cumplimiento de las libertades como si ellos solos hubieran 'transformado' el mundo. Nadie duda de su aportación, pero ha sido la sociedad en conjunto, a través del desarrollo y el natural discurrir de la modernidad, la que ha conseguido que, entre todos, los miedos y tabúes de décadas de oscuridad estén actualmente superados.

Quizá Almodóvar y sus amigos merezcan nuestro reconocimiento por su permanente vigilancia ideológica. En ese caso, enhorabuena y gracias. Pero por favor, que Pedro no se vuelva a poner mallas.