La historiadora medieval Isabel Ilzarbe y el fotógrafo Mario Martija llegaron desde Logroño un 21 de agosto del año pasado ávidos de empaparse de la recreación de la Batalla de Atapuerca. Disfrutaron de ella desde su mirada profesional, pero también como unos espectadores más. Escrutaron cada detalle de la recreación, tomaron decenas de fotografías y de regreso a la ciudad riojana, en el coche y emocionados por lo que acababan de ver, ya comentaron la posibilidad de crear un libro fruto de esa visión conjunta. Hoy, ese trabajo, La Batalla de Atapuerca, la otra mirada es ya una realidad que puede adquirirse en el Centro Turístico (CIT)de la localidad, en algunas librerías y en Amazon.
Isabel ya había investigado sobre la figura del rey García Sancho, conocido como el de Nájera, y las diferentes versiones que existen sobre su muerte, y arrastró con ella a Mario para conocer cómo los vecinos de este pueblo burgalés ponían en escena uno de esos finales. «Me impresionó el despliegue técnico y me pareció muy adecuada la forma en la que trabajan el tema, como historiadora me gustó mucho», cuenta ella. A Mario fue la profesionalidad de los actores sin ser profesionales y la sensación de estar presenciando una batalla real lo que más le llamó la atención. «Tan bonito como interesante», añade.
Su libro comienza con una introducción histórica en la que la investigadora pamplonesa hace un estudio comparativo de las diferentes versiones que existen sobre la muerte de este rey en Atapuerca. «La primera y más antigua es que fueron unos soldados leoneses quienes lo asesinaron; la segunda que lo hicieron unos caballeros navarros, también hay una mezcla de estas dos y, por último, la que Sancho Fortún asesina al rey en medio de la batalla por haber mantenido relaciones con Velasquita, su mujer», cuenta Isabel Ilzarbe. Su trabajo no se queda ahí, sino que también explica por qué esta última versión, a pesar de haber sido la que menos repercusión tuvo en su época, es la que más se ha mantenido en el imaginario colectivo con el paso de los siglos. «Las emociones son muy importantes en la generación de recuerdos y esta última, la que se representa en Atapuerca, es la más emotiva», añade.
Peso gráfico. El resto de la publicación se compone de las imágenes tomadas por Mario en la XXVII edición de esta recreación. «Nuestra idea inicial era hacer un pequeño reportaje sobre ello, no un libro», explica el autor. Sus fotografías, que resumen cada una de los escenas que representan los vecinos de Atapuerca, van acompañadas de textos redactados por Isabel para completar con palabras lo que estas muestran y también «para hacer la Batalla más entendible y responder a las preguntas que creo que le han podido surgir a alguien cuando lo ve por primera vez», relata. El contenido se completa con la transcripción del romance que escribió en el siglo XIX Valentín Gómez.
Ya con la idea del libro en marcha, Isabel y Mario, bilbaíno y fotógrafo profesional con una dilata trayectoria por todo el viejo continente, volvieron un tiempo después al entorno de Atapuerca para poder ampliar más datos. «Fuimos a ver y a fotografiar el menhir donde según la tradición murió el rey, tratamos de discernir sobre el terreno la ubicación de las diferentes tropas, y en Agés, Felisa nos enseñó la iglesia en la que se supone que se enterraron las entrañas del rey antes de llevarlo a enterrar de forma definitiva a Nájera», cuenta Isabel.
La historiadora riojana ya ha realizado en otros puntos de la provincia trabajos de investigación, como Santo Domingo de Silos o San Pedro de Arlanza, algunos de ellos también con la colaboración de Mario.