Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Pentecostés

06/04/2023

El domingo comienza el tiempo litúrgico de la Pascua, cincuenta días al término de los cuales se celebra Pentecostés, la venida del Espíritu Santo. Este año tiene lugar el 28 de mayo. Ese día hay elecciones locales.
No se obrará el milagro de hacerlas coincidir con generales porque la eficiencia de unificar procesos choca con el tacticismo de los partidos que siempre prefieren una segunda oportunidad aún a costa de exprimir el erario como un limón y, sobre todo, de mantener al país narcotizado. Así que en materia de gobernanza el año está perdido, a base de deber lo que se hace por no hacer lo que se debe.
Las municipales y autonómicas del mes de mayo pondrán a prueba la capacidad de las matemáticas para decimales y estos días hasta Pentecostés prometen una interesante inmersión en mundo de Lewis Carroll. Pero la realidad es que si las encuestas están bien orientadas, de esta convocatoria va a surgir una ensalada de pactos de toda condición aderezada por pequeños partidos que a modo de guarnición se llevarán la piel y el oso para poder componer una mayoría.
Así que volvamos al monotema: nadie se lo dirá estos días pero la ley electoral sigue siendo la gran protagonista. Para empezar, y para bien, porque como la fecha de constitución de los ayuntamientos es fija, nadie tendrá la tentación de demorar las conversaciones hasta las siguientes elecciones, salvo en las autonomías, donde ese plazo no existe. Y luego el gran acuerdo pendiente en España, recuperado por Feijoo últimamente: que gobierne el que gana. Tenga en cuenta ahora en Pascua que cuando vote en Pentecostés puede ocurrir que vote a un perdedor que acabe ganando por suma de perdedores. Y esta peculiaridad carpetovetonica, de la España de botejara y teleclub, hace de estos unos días únicos y de la de mayo una cita bien morbosa y bien pimpante. Así que disfruten de lo que queda de esta Semana Santa esplendorosa antes de que nos hagan la pascua.