«Hay que calmarse para dosificar fuerzas». La asamblea de Gamonal comienza a forjar una estructura más preparada para perdurar que para el enfrentamiento directo. Logrado su objetivo de detener irreversiblemente las obras del bulevar, y toda vez que las máquinas han vuelto para devolver la calle Vitoria a su condición anterior, ahora los nuevos objetivos pasan por lograr que los encausados por los disturbios salgan lo más ilesos posible de las causas judiciales y en hacer perdurar su pulso al Ejecutivo local en otros frentes.
Una de las propuestas que lanzó ayer la comisión de organización fue la de reducir las reuniones de los distintos «grupos de trabajo» a los miércoles y dar cuenta de lo acordado los jueves en asamblea, acto al que sucederá una de las ya habituales manifestaciones. La de mañana regresará a la Subdelegación de Gobierno, bajará hasta el Cid y volverá a Gamonal, o al menos eso fue lo anunciado en asamblea.
Pero ahora el asunto se centra en los acusados, y las medidas de presión también comenzaron ayer en las oficinas de las entidades bancarias que fueron reventadas durante los actos violentos registrados entre el 10 y el 14 de enero. Fueron a entregar en mano a los directores de estas sucursales un escrito para «exigir» la retirada de las denuncias y acusaciones contra los detenidos durante las «jornadas de acción».
En él piden que no se reclame indemnización alguna (circunstancia que podría corresponder a las aseguradoras) y que el director de cada entidad entregue, «en el plazo de una semana», un escrito reconociendo estas condiciones. De lo contrario, «volveremos».
El primer banco de la calle Vitoria en recibir la visita fue el BBVA, donde se vivieron momentos de tensión cuando el vigilante de seguridad prohibió el acceso a cuantos todavía no habían entrado en la sucursal. Sí accedió una delegación de la asamblea y parte de los medios que la acompañaron, pero al considerar que había ‘exceso de aforo’ el trabajador limitó la entrada. La carta fue entregada. Eso no pudo suceder ni en la oficina de Bankia ni en la de Bankinter, donde directamente no se les abrió la puerta. Sí deslizaron bajo la entrada la carta con las condiciones ya expuestas. En Ibercaja fueron atendidos por la directora de la oficina y en el Banco Santander hubo bastante tranquilidad, ya que al parecer es la única entidad afectada por los destrozos que no ha presentado cargos.
Ya por la tarde, la sede de la Asociación Todos Unidos acogió una reunión con familiares, abogados y «testigos» para preparar la defensa de los detenidos. La colecta emprendida hasta la fecha a través de la recogida de dinero in situ y de una cuenta corriente bancaria asciende a 12.700 euros, y se prepara el reparto de 50 huchas por toda la ciudad para aquellos que quieran hacer aportaciones.
Entre las propuestas recibidas por la asamblea para mejorar el barrio ayer se habló de «un párking público, en superficie y con precios populares en Lavaderos» o la construcción de un «carril bici pero por uno de los lados de la calle Vitoria».