La convivencia vecinal no resulta fácil especialmente en los bloques de viviendas. Siempre hay algún residente que no tienen en consideración las molestias que puede generar. Hasta tal punto fueron los ruidos que causaron los botes de balón o golpes de una bola de billar, los gritos de los niños o el alto volumen de la música que un vecino decidió presentar una queja ante el Procurador del Común por la reiteración de los ruidos en el piso de arriba, especialmente más allá de las 22 horas, y después de haber llamado en varias ocasiones a la Policía Local. 

El vecino afectado presentó numerosos escritos al Ayuntamiento de Burgos en los que solicitó su intervención para solucionar los problemas de convivencia creados. Desde la institución le respondieron, a través del centro de acción social, que uno de los hijos tiene una discapacidad, pero que en todo momento está tratado y sigue los consejos profesionales. Sin embargo, los ruidos no cesaron y en varias ocasiones el vecino tuvo que avisar a la Policía Local ante los reiterados ruidos, más tarde de las 22 horas. A los residentes se les instó a reducir el volumen y a que los niños dejasen de jugar e, incluso, se llegó a abrir expediente en la sección de Sanidad y Medio Ambiente. 

A pesar de ello, los ruidos no cesaron y la queja llegó al Procurador del Común, que ha instado a la Policía Local a continuar con las labores de vigilancia para intentar minimizar las molestias denunciadas por el vecino afectado y formular denuncia si persisten los ruidos especialmente en horario nocturno de 22 a 8 horas para hacer cumplir la Ordenanza Municipal de Ruido. «Se debe atender a lo previsto en el artículo 52.1 de la Ordenanza Municipal de Ruido para minimizar las molestias sufridas por el vecino afectado. En casos de urgencia o acaecidos en horario nocturno, la denuncia podrá ser formulada directamente ante la Policía Local», indica la resolución.