La oposición exigirá hoy a Lacalle que asuma responsabilidades políticas

Á.M. / Burgos
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Rebasado. Todos los partidos creen que es irreal hablar de una mesa de diálogo «cuando ya está todo dicho por parte de todos»

Dos de los cinco representantes de los vecinos de Gamonal salen del Ayuntamiento ayer por la tarde, tras la reunión con el alcalde. - Foto: Ángel Ayala

 
El Gobierno municipal de Javier Lacalle ha cruzado el punto de no retorno. En lo que afecta al bulevar de la calle Vitoria, ningún grupo político está dispuesto a debatir nada que no sea decretar la paralización definitiva, la restauración de la arteria urbana a su estado previo y el abandono del proyecto seleccionado. 
Ni PSOE, ni UPyD ni IU quieren hablar en el Pleno de hoy de cualquier alternativa que no pase por esas condiciones. Lo sucedido, todo lo sucedido, tiene consecuencias, y una de ellas es que la oposición se muestra firme en ser quien dictamine el camino a tomar al margen de los ofrecimientos del jefe del Eejcutivo.
Todo esto viene a cuento de la proposición que el PP pretendía aprobar hoy en el Pleno por unanimidad, proyectando así una imagen de unidad política que es en sí misma una quimera perseguida, sin éxito, por Lacalle desde que paralizó las obras ante la certeza de que ha perdido en su apuesta por mantener una intervención urbana para la que no va a encontrar apoyo alguno.
Su ‘número dos’, Ángel Ibáñez, explicó ayer que la proposición se fundamenta en cuatro puntos. «Que todos condenamos los actos violentos, que las obras se paralizan de forma temporal, que se abre un nuevo escenario de diálogo en la búsqueda de acuerdos para que las mejoras cuenten con el máximo apoyo posible y que exhortamos a los vecinos a colaborar para reestablecer la convivencia buscando cauces de respeto, diálogo y entendimiento», resumió.
En opinión del también titular de Fomento, estos cuatro presupuestos «recogen principios básicos de la democracia». «Cada uno tendrá que dar las explicaciones de lo que haga; no puede ser un planteamiento un día y al siguiente otra cosa nueva. Nuestro planteamiento es el de un diálogo sin condiciones y tendrán que ser otros los que expliquen su actitud si se muestran como grupos intransigentes», amplió.
La respuesta, por si no fuera previsible, será no. Un no unánime que además no viene solo. El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Burgos, Luis Escribano, explica que ahora es momento de «acabar con la incertidumbre y la desconfianza anunciando el abandono definitivo del proyecto y restaurando la zona». 
 
nuevo escenario. Escribano apunta que es obvia la «absoluta inviabilidad» de la obra y que cualquier escenario diferente al que plantea su Grupo a través de una moción de urgencia al Pleno de hoy «es perder el tiempo». Eso, en primer término y como debate plenario, pero el pulso político no acabaría ahí aún suponiendo que Lacalle acepte esas condiciones. 
«Estamos convencidos de que la gestión de estos hechos merece su dimisión, pero lo primero es la paralización de todas las obras», avanzó el jefe de los socialistas de Burgos.
En Unión, Progreso y Democracia también consideran rebasada su proposición incial. El planteamiento era el lunes detener las obras y organizar una consulta ciudadana para conocer el índice de aceptación del proyecto. Ayer, el portavoz de la formación, Roberto Alonso, asumía que no ha lugar «preguntar nada a quien ya ha hablado y ha dicho lo que piensa». «Todos los colectivos con los que el alcalde dice ahora que quiere dialogar ya han expresado sus condiciones y Lacalle lo sabe», remacha.
Sobre la proposición del PP y su intento por buscar algún tipo de apoyo político, Alonso cree que «no podemos estar de acuerdo más que con el primer y el último punto», que son los que versan sobre la condena a la violencia y la restitución de la convivencia. Y no va más allá, pero porque en UPyD existe la directriz a nivel nacional de no sembrar la política de peticiones de dimisión. «Esperamos que lo hagan voluntariamente, tanto el alcalde como el vicealcalde, que son los que han cocinado esto juntos», zanjó.
En IU, por contra, no han anunciado la renuncia a su planteamiento de que sea el barrio el que decida a través de alguna suerte de plebiscito, aunque la postura del único edil de la coalición, Raúl Salinero, sí es marcada en lo que afecta tanto al alcalde como al concejal de Fomento. «Tienen que dimitir tanto Lacalle como Ibáñez y es lo que planteamos en una moción de urgencia», avanza el edil.
A lo que ningún Grupo político se ha opuesto por el momento es a formar parte del ‘grupo de trabajo’ postulado por Lacalle y que presuntamente comenzaría a reunirse al alimón a partir del lunes. Los contactos previos ya han existido con todas las partes a las que se quiere implicar, pero cualquiera que fuere la pretensión del alcalde se topará, como ya se avanzó ayer, con la negativa a hablar de un proyecto que todos consideran abortado.