¿Un vino de Ribera en lata? «Tiene sentido»

L.N. / Aranda
-

Varios bodegueros defienden que no se puede renegar de ninguna tendencia ni cerrarse a las demandas del mercado. «Hay que romper ciertos estigmas», subrayan

Varios bodegueros de la Ribera del Duero defienden que no se puede renegar de ninguna tendencia ni cerrarse a las demandas del mercado. - Foto: Valdivielso

La lata de vino es una rareza en España. Más aún en la Ribera del Duero. Prácticamente no se ha explorado esta tendencia. Pero todo apunta a que el sector no tardará en hacerlo. Con motivo de la Barcelona Wine Week que se ha celebrado estos días, el tema se ha puesto en la palestra de la mano de una empresaria que reconoció que se esperaba «hostias por todos los lados» y, sin embargo, su negocio de venta de vino enlatado ha crecido cerca de un 300%. Se trata de un formato en alza, especialmente en países como Estados Unidos o Australia. Los expertos apuntan que su menor tradición vitivinícola hace que el rechazo cultural a este envase sea menor. También empieza a expandirse por otros como Argentina, Inglaterra o Alemania, sobre todo, por su comodidad.   

Pero, ¿cómo se valora este asunto en la Ribera del Duero? ¿Llegará el día en que el consumidor se tome un vino de la DO directamente desde una lata? Lejos de llevarse las manos a la cabeza, varios bodegueros  no lo ven con malos ojos. Al contrario, defienden que no hay que cerrarse a las tendencias que cobran fuerza en el mercado. Juan Esteban, gerente de Valderiz, cree que «tiene todo el sentido». Cristina Alonso, de Territorio Luthier, asegura que «es para pensárselo». De primeras, cita una gran ventaja: el aluminio pesa menos que el vidrio y se reducirían los costes ligados al transporte. Mientras, Javier Ajenjo, de Bodegas Neo, aboga por «acabar con ciertos estigmas y reglamentos que nos lastran a la hora de comercializar». A su juicio, el vino en lata puede convivir con los caldos embotellados y cualquier otro formato. «Lo que hay que hacer es atender el deseo en cada consumidor. Es absolutamente primordial porque si no nos vamos a quedar obsoletos. A tiempo estamos», advierte. 

Por su parte, Iker Ugarte, presidente de la Asociación Empresarial de Bodegas acogidas a la Denominación de Origen Ribera del Duero (Asebor), apunta que este tipo de cambios «radicales» suelen costar y que «el consumidor tiende a ser conservador». No obstante, tampoco se cierra a una apuesta así (...).

(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de hoy jueves o aquí)