Sucedió en el mes de abril. Una mujer, de las asiduas de la Catedral, se disponía a acceder a la Seo cuando se percató de que junto a la puerta de la Plaza de Santa María había una extraña caja que llamó su atención. Telefoneó al servicio de emergencias 112 de Castilla y León y rápidamente contactó con la Comisaría para que se hiciera cargo de ella. Los agentes que acudieron al templo no pudieron salir de su asombro cuando llegaron y comprobaron que dentro de la caja había huesos, que en principio parecían humanos.
La Policía Nacional puso a trabajar en el caso a varias de sus brigadas con el propósito de localizar a la persona que colocó la caja, al tiempo que enviaba los huesos al Instituto de Medicina Legal, a fin de que los analizara y establezca si son o no humanos y los date.
El dictamen de los forenses todavía no ha llegado pero la Policía Nacional sí que ha identificado al sujeto, que fue detenido y pasó a disposición judicial. Ahora bien, resulta crucial conocer si los huesos son humanos, porque de ser así sí podría ser acusado de un delito de falta de respeto a la memoria de los muertos, que está castigado con penas de prisión de tres a cinco meses y con multa.
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