Las deficiencias en las instalaciones deportivas se eternizan

D. ALMENDRES / Burgos
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Un gran número de intervenciones propuestas en el Plan Director de 2017 se acumulan en la concejalía, en plena cuenta atrás para licitar a tiempo los trabajos previstos en la última modificación de crédito

Remodelación integral El Plan Director de 2017 ya propuso un profundo lavado de cara en el Mariano Gaspar. - Foto: Jesús J. Matías

El nuevo ciclo político comienza cargado de promesas por cumplir en todos los aspectos de la vida municipal y el planteamiento del área de Deportes se centrará en las novedades anunciadas en campaña -todavía por concretar- en dotaciones estancadas como el velódromo de San Cristóbal, el polideportivo San Pedro y San Felices y los antiguos terrenos de la CLH (además de en Artillería). 

Sin embargo, esta declaración de intenciones choca de lleno con las necesidades que presentan las actuales instalaciones municipales de la ciudad, alguna de las cuales suma varios años en la cola de las intervenciones pendientes. Basta con recordar que en 2017 se presentó un Plan Director de Instalaciones Deportivas que recogía 60 actuaciones necesarias y un puñado de las más importantes siguen sin respuesta en el fondo de un cajón.

Los ejemplos de las infraestructuras que piden una intervención, más o menos urgente se extienden en todos los barrios y en todo tipo de instalaciones. Desde las reservadas para la práctica del deporte profesional hasta los espacios utilizados por entusiastas cuyo único objetivo es pasar un buen rato en su tiempo libre.

Desde su puesta en funcionamiento el Coliseum ha disfrutado de la máxima competición nacional del baloncesto, así como de torneos internacionales de la Basketball Champions League y de partidos amistosos de selecciones.  Sin embargo, nueve años después de acoger su primer espectáculo público y perdido en el camino el salto de calidad que habría aportado la organización de una Supercopa o de una fase final de la BCL la instalación aún agradece las mejoras impulsadas durante estos años por el San Pablo Burgos o las actualizaciones realizadas por la escuela taller del Ayuntamiento.

Estas pequeñas brigadas se encargaron de acondicionar la sala de prensa y de adecentar los baños, pero aún están pendientes otras intervenciones como la mejora del pavimento de la planta baja o los últimos trabajos previstos en los servicios. Todo, sin olvidar la opción ahora olvidada de levantar más vestuarios que ayuden a organizar otro tipo de eventos de mayor calado.

Mientras, en el polideportivo El Plantío las goteras protagonistas a lo largo del año en el acceso principal revelan los problemas de la cubierta. Con el paso de los años se han completado diferentes actuaciones como la renovación de la cancha de juego o la mejora de las salas reservadas a los deportes minoritarios, pero esta instalación suma 43 años desde su construcción y 23 desde su remodelación y hay dependencias que apenas se han tocado desde entonces.

Esta situación es similar a la del Carlos Serna. En el tramo final del mandato anterior se dio el paso para cambiar la cubierta y eliminar de una vez las filtraciones que encharcaban la cancha de juego. Un paso fundamental que, con todo, no tapa el problema de fondo de este polideportivo levantado en 1985 y que demanda una intervención integral tomando como ejemplo la realizada en Lavaderos. 

También San Amaro reclama su parte de protagonismo en este particular listado de necesidades. Si bien el complejo recibió su particular maná con las inyecciones llegadas del Plan E y con la posterior remodelación del campo de rugby, los vestuarios del espacio ahora compartido con el fútbol 7 aún suspira por la obra que solucione las carencias históricas de este edificio.

Por su parte, la reciente inauguración de las piscinas de verano de El Plantío -cuyas obras también se desarrollaron en el mandato anterior- permiten al actual equipo de Gobierno esquivar un problema que fue un verdadero quebradero de cabeza. Con todo, aún queda tarea por hacer en el recinto. 

Mientras los fondos europeos impulsarán la remodelación de los vestuarios, el edificio central dispondrá de 990.000 euros procedentes de la modificación de crédito aprobada el pasado mes de septiembre para llevar a cabo su renovación. Eso sí, siempre y cuando el expediente se tramite antes del próximo 31 de diciembre. Esta premisa es fundamental, ya que afectarán al resto de actuaciones incluidas en la mencionada inyección de 1,8 millones de euros.

Ni siquiera este paso aliviará en gran medida las urgencias de las dotaciones deportivas. Aún quedarían por resolver otras grandes asignaturas pendientes en las instalaciones, como es el caso de las piscinas de invierno de El Plantío, la remodelación integral del polideportivo Mariano Gaspar -ya incluida en el Plan Director de 2017- y la amplia reforma planteada en el Javier Gómez. 

A ello se sumaría el problema histórico de los vestuarios de Pallafría, un edificio que exige la mejora de las canalizaciones de la luz y el gas, entre otras demandas. De hecho, el Plan Director fue un paso más allá y sugirió la construcción de un nuevo edificio central. Por el momento, la apuesta se ha centrado en la renovación de los campos de hierba artificial y Deportes encara el mandato con muchos frentes que resolver.