Malestar en Oña por otro verano sin el jardín de San Salvador

S.F.L. / Oña
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El diputado Ramiro Ibáñez declara que las obras de la segunda fase de restauración del Monasterio se han retrasado y acabarán a «finales de julio»

La rehabilitación de las fachadas terminó y las actuaciones continúan con la pavimentación del suelo exterior del paseo. - Foto: DB

«Los turistas se acercan a la puerta de acceso principal de los jardines benedictinos y se la encuentran cerrada. Así lleva más de un año. Algunos se animan a dar la vuelta para alcanzar las otras dos entradas pero otros deciden darse la vuelta», manifiesta Alejandro, un vecino de Oña que se lamenta de que las obras de la segunda fase de rehabilitación del Monasterio San Salvador todavía no hayan terminado. «Ya es el segundo verano seguido que esa parte de los jardines y del paseo no se puede visitar y es una pena», añade Carolina. 

La imponente abadía luce desde hace dos años un aspecto renovado gracias al esfuerzo de la Diputación en mejorar las zonas más deterioradas con el fin de impulsar el uso cultural y turístico del complejo. Sin embargo, lo que la empresa adjudicataria de las actuaciones planeó ejecutar en doce meses se ha demorado en el tiempo otros tantos, por lo que desde la Diputación calculan que «hasta finales del mes de julio no acabarán». En abril los plazos se iban cumpliendo y las obras de restauración se encontraban prácticamente terminadas tras más de un año de minuciosos trabajos. Si bien, «para mi gusto avanzan con más lentitud de la esperada y hemos requerido a la compañía mayor agilidad, un hecho que ha generado que contrate a una cuadrilla nueva para reforzar», explica a este medio el diputado Ramiro Ibáñez. 

La inversión más importante llevada a cabo en el inmueble con la que se han recuperado espacios para un uso cultural al adaptar un área como biblioteca, también ha permitido rehabilitar las fachadas y cubiertas de la zona sur, colocar una rampa a la altura del palomar para garantizar la accesibilidad a los jardines benedictinos y a los canales del resto del paseo y la reurbanización del jardín ubicado a la entrada del espacio desde la plaza del Conde Sancho García. «A falta de rematar la parte de urbanización mantenemos la intención de siempre: invertir en la conservación del edificio y valorizar ciertas áreas para ponerlas en marcha», añade el político. 

Estos avances en la mejora del Monasterio milenario arrastran sus consecuencias y mientras los encargados de llevar a cabo las obras permanezcan rematando los últimos detalles, la parte baja del paseo y de los jardines continuarán clausuradas. No obstante, los turistas pueden conocer la otra zona en la que se ubican los canales, una ruta que rodea por el monte los terrenos de la abadía y la Casa del Parque si acceden o bien por la entrada situada junto a las piscinas o por la muralla (unos metros más arriba del lavadero), aunque para completar la visita tendrán que esperar como mínimo un mes, según los datos que aporta Ibáñez. 

El ambicioso proyecto que la institución provincial presentó al Ministerio de Cultura para merecer la ayuda del 1,5% Cultural por segundo año consecutivo hace referencia a un plan de trabajos a ejecutar en cuatro fases que supondrá una importante reforma en la mayor parte de espacios del inmueble en 2027. 

Doce actuaciones. En 2011 la Diputación trasladó a los residentes del centro psiquiátrico y de la tercera edad ubicado en el edificio monacal a unas nuevas instalaciones. Desde entonces, se han llevado a cabo doce actuaciones valoradas en más de dos millones de euros: el reparado las cubiertas del claustro gótico, de la capilla de la Sala de los Monjes y los anejos. También se han restaurado salas, la fachada principal y el patio de San Íñigo gracias a la ayuda del 1,5% Cultural que el Ministerio de Fomento concedió en 2019 a la administración provincial. El Estado aportó el 50% de un presupuesto, de 399.433,72 euros. En esta ocasión ha financiado el 60% de una obra valorada en 824.008 euros.