¿Cuánto sabe de su corazón?

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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Un grupo de enfermeras del HUBU estudia la alfabetización en salud de pacientes con insuficiencia cardíaca, un proyecto financiado por la Fundación Castellano Leonesa de Cardiología

Parte del equipo investigador, en el HUBU. - Foto: Valdivielso

La insuficiencia cardíaca es una enfermedad que se produce cuando el corazón ya no puede bombear al resto del cuerpo sangre rica en oxígeno, y uno de sus síntomas más característicos es la sensación de falta de aire o disnea que aparece al realizar algún tipo de ejercicio físico. Quienes la padecen tienen, además, algunos otros signos específicos como hinchazón en los tobillos, fatiga y sensación de ahogo, sobre todo por las noches. Se trata de una patología bastante frecuente en las personas mayores. 

Tal es así que algunos estudios indican que aunque en la población adulta general su prevalencia es del 2% hay más del 10% de personas a partir de los 70 años que podrían padecerla: esto significa que en Burgos está afectando en la actualidad a más de 6.500 personas y no todas, seguramente, conocen bien este síndrome o saben cómo tratarlo o entienden correctamente las indicaciones médicas y enfermeras que reciben. Es lo que se llama falta de alfabetización en salud, que se define como los conocimientos, motivaciones y competencias para acceder a la información sobre una patología, formarse un criterio y tomar decisiones sobre la misma para mantener la mejor calidad de vida.

También puede ocurrir que estas personas no se cuiden todo lo que debieran y que esto dependa, de alguna manera, de sus condiciones materiales y sociales de vida, es decir, del dinero de que disponen, del barrio en el que viven, de si tienen ayuda o no para hacer las labores de casa o deben cuidar de otra persona enferma o de si están o no en el paro. Estos son los determinantes sociales de la salud que influyen en la equidad.

Y como tanto la falta de alfabetización en salud (que en España es una de las más altas de Europa y alcanza al 49,8% de la población) como los determinantes sociales están relacionados en los pacientes con enfermedad cardiovascular -se sabe, por ejemplo, que las personas con un bajo nivel de alfabetización tienen el doble de probabilidades de ser hospitalizadas o de requerir mayores servicios de atención a la salud-, un grupo de enfermeras del Hospital Universitario de Burgos (HUBU) se ha propuesto medir estas dos realidades y ver cómo están relacionadas entre ellas para diseñar intervenciones específicas que promuevan la promoción de la salud y mejorar su bienestar de manera eficaz.

Se trata del Proyecto Alfabetic, que ha sido elegido en una convocatoria de ayudas para la realización de proyectos de promoción de la salud de la Fundación Castellano Leonesa de Cardiología (FUCALEC) y que ha reclutado ya a 252 pacientes a los que las enfermeras participantes han hecho encuestas telefónicas para conocer su estilo de vida. «Les pasamos la escala europea de autocuidados en insuficiencia cardíaca preguntándoles, por ejemplo, si vigilan su peso, si siguen una dieta baja en sal, si se ahogan al caminar, si se vigilan las piernas para comprobar si están hinchadas, si avisan a su médico cuando se encuentra malos, si toman bien la medicación o si se vacunan contra la gripe», explicaron las investigadoras. Analizaron también la capacidad para entender su propia enfermedad y si comprenden bien la información que se le da en las consultas médicas y de enfermería. 

El estudio -cuya investigadora principal es la enfermera Azucena Santillán y en el que están implicados dos médicos- ha incluido a pacientes de entre 50 y 85 años con insuficiencia cardiaca que accedieron a la consulta específica que existe en el servicio de Cardiología del HUBU en 2022 con ese diagnóstico y un tratamiento establecido. Se excluyeron a quienes tenían algún tipo de deficiencia visual o auditiva, analfabetismo y problemas neurocognitivos o de salud mental graves que impedían que el paciente comprendiera su patología. 

La supervisora de Enfermería del servicio de Cardiología, Inmaculada Sicilia, desgranó algunos de los beneficios que se espera aportar a la sociedad cuando se concluya el estudio, que en la actualidad está en la fase de análisis estadístico: «Cuando sepamos cuál es el índice de alfabetización en salud podremos hacer intervenciones dirigidas a promover la salud cardiovascular y diseñar elementos de continuidad de cuidados basados en la realidad de nuestros pacientes, con lo que, además, se ayuda a optimizar los recursos tanto en el hospital como en primaria».