Hace 26 años, una joven ayudante de producción aterrizaba en La Revilla, junto al director Javier Fesser y su equipo de Pendelton para rodar la película con la que este se estrenaba en los largometrajes, El Milagro de P. Tinto. No había sido fácil dar con el lugar adecuado, el apeadero de la vieja estación Santander-Mediterráneo ya en desuso. Pero finalmente fue todo un descubrimiento y ese escenario fue perfecto para el rodaje de las tomas que se grabaron de un film que es ya uno de los de 'culto' en la cinematografía española. La película se estrenó en 1998, por lo que este año se cumple el 25 aniversario de aquella aventura.
Como la vida da más vueltas que un tiovivo, aquella joven, que tras una vida dedicaba a la publicidad y el cine como directora de producción, hace unos años se 'retiró' a San Vicente del Valle, está de vuelta. Marina Ortiz Lenoir-grand es el nuevo 'fichaje' de la Burgos Film Commission y entre otros cometidos ahora se encarga de preparar el programa con el que se festejará este aniversario.
Codo con codo con Sergio García, coordinador de la Film Commission, ambos trabajan para regresar este verano a La Revilla, conmemorar la fecha y recordar la aventura que supuso durante tres semanas ese rodaje para contar una historia enmarcado en el género surrealista-cómico; pero curiosamente, el equipo ya había estado dos o tres días antes grabando las escenas en la casa del apeadero cuando un P. Tinto joven la compra para formar una familia que no llegaría.
Para el rodaje continuado, que se sitúa en el tiempo 50 años después, la casa se arregló y pintó de naranja por fuera para los exteriores, porque los interiores de la película se hicieron en plató. Allí, a esas vías por las que solo pasa el Expreso Pendular del Norte cada 25 años llegan los dos marcianos que P. Tinto y Olivia, su mujer, adoptan pensando que son los hijos que nunca tuvieron.
Un cuarto de siglo después, P. Tinto regresa. Ya hay fecha para la celebración. Será el 9 de septiembre y entre otros actos se proyectará la película, con la presencia del propio Fesser y el equipo técnico y artístico que trabajó en la misma, habrá charlas-coloquio con estos y se está preparando una exposición con fotos del rodaje fundamentalmente enfocada en la vieja estación donde se conserva la 'casa' de P. Tinto, aunque tampoco se descartarían otras referidas al resto de escenarios de la película, pero el centro será la Revilla.
La exposición se montará, explican Sergio y Marina, en las dos sidrerías del pueblo que entonces no existían, como son Fuente la mora y Adobe. Muchas de esas imágenes pertenecen a Paco Azúa, que entonces cubría fotográficamente los acontecimientos en la zona, como también lo hacía para Diario de Burgos.
Se pretende que sea una jornada festivo-lúdica, apostillan Sergio y Marina, e incluso muy familiar porque «la película se presta a eso, es amable, familiar y entrañable». Queda por completar el programa, pero se piensa también en juegos y carreras (léase una de bombonas) o partidas de póker y mus, «algo folklórico en el buen sentido de la palabra, que llame la atención y todo haciendo un guiño a la película», matiza García.
Así, la localidad entrará en ese grupo de pueblos burgalesas que han sido escenario de rodajes y que desde la Burgos Film Commissión se pretenden potenciar como turismo cinematográfico, una ruta que representa como nadie el cementerio de Sad Hill, donde se rodó la escena final de El bueno, el feo y el malo, convertido ya en lugar de culto. El propio Javier Fesser pasó por el cementerio hace unas semanas, y también volvió a La Revilla con el también director Víctor Monigote, el director de fotografía Chechu Graf y la actriz y guionista Athenea Mata. Los anfitriones fueron, como no, Sergio García y Marina Ortiz, que también les llevaron a la trinchera del Museo Bocanegra de Belorado, al casino de Burgos, a Territorio Arlanza y a parajes naturales como las cascadas de Tobalina, en ese objetivo de proponer localizaciones de cine en la provincia.
La Burgos Film Commission es un servicio impulsado por la Diputación, a través de Sodebur, y del Ayuntamiento de Burgos con Promueve, y tiene como principal objetivo captar nuevas producciones para la capital y la provincia, pero también poner en valor las producciones históricas en escenarios burgaleses. En este último aspecto es donde entran las celebraciones de los aniversarios, como fue hace dos años la de la película Las Petroleras, y será en septiembre el de El Milagro de P. Tinto. La Revilla entrará a formar parte de esa ruta de turismo cinematográfico y será un pueblo visitable durante una temporada por todos los amantes de la película de Fesser más allá del 9 de septiembre.
El Ayuntamiento de la localidad, con quien ya ha habido contactos y la asociación de vecinos también colaborarán en la jornada.