La mayoría de los jóvenes bebe alcohol y el 25% fuma cannabis

C.M. / Burgos
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El Plan de Prevención de Drogas y Conductas Adictivas realiza un diagnóstico de la situación y plantea medidas preventivas

El botellón es una práctica muy extendida en la ciudad. - Foto: Alberto Rodrigo

El consumo de alcohol y otras drogas es un fenómeno social muy complejo que alcanza a población de todas las edades pero que preocupa, especialmente, cuando afecta a los jóvenes. En la mayoría de las ocasiones se infravaloran las consecuencias que puede tener a todos los niveles, de ahí la necesidad de impulsar acciones preventivas y de sensibilización.

El Ayuntamiento de Burgos, como administración más cercana, no oculta su preocupación y ha encargado la elaboración de un Plan Municipal de Prevención de Drogas y Conductas Adictivas con el objetivo de obtener una radiografía de esta realidad y poner en marcha medidas de ocio alternativo que disuadan de esta práctica.

El primer avance del documento pone de manifiesto que la mayoría de los jóvenes burgaleses entre 14 y 18 años bebe alcohol y fuma tabaco y uno de cada cuatro consume cannabis. Estas tres drogas y en el mismo orden son también las más consumidas en el ámbito nacional aunque este sector de la población de Burgos lo hace «ligeramente menos». Por el contrario, se han detectado tasas más elevadas en otras drogas más duras como el éxtasis, las anfetaminas, los alucinógenos, los inhalables volátiles o la metanfetamina, aunque en cualquier caso las consumen el 6% o menos de los jóvenes burgaleses. Y otro dato extraído es que no prueban la heroína.
Según las encuestas realizadas por la empresa Geocyl Consultoría, adjudicataria de este trabajo, el 65,8% de los jóvenes de la capital bebe alcohol frente al 73,9% que se registra a nivel nacional mientras el 36,8% fuma tabaco (38,2 a nivel nacional) y el 23,7% consume cannabis (28,6%). Por el contrario, un 3,6% toman cocaína (3,1% en España) y el 6,1%, éxtasis (1,8%).

La edad de mayor consumo de alcohol entre los jóvenes de la capital es los 17 años (el 69,2%) mientras que el porcentaje se rebaja al 45% en 15 años. La media de inicio en este mal hábito se sitúa en los 14,7 años. Le siguen el tabaco y el cannabis con casi el 30% de la población a los 18 años aunque las edades de inicio son los 14,8 y 15,7 años, respectivamente. El uso de inhalables volátiles es más precoz en Burgos que en el resto de España, dado que la edad media es de 12,3 años mientras la nacional se fija en 14,9. Por sexos, los hombres se llevan el mayor porcentaje de consumo habitual de alcohol mientras que las mujeres fuman más tabaco y cannabis.

El botellón es una de las prácticas más habituales para beber alcohol entre jóvenes de 14 a 18 años. Consumen grandes cantidades en un corto periodo de tiempo, sobre todo los fines de semana. Más de la mitad de los adolescentes encuestados para el estudio (52,6%) reconocieron haber participado en alguno y casi un cuarto, el 23,7%, se ha emborrachado.

sin percepción del riesgo. Los jóvenes burgaleses no perciben el riesgo de consumir ellos mismos ni dentro del grupo de amigos drogas legales como el alcohol o el tabaco. Según la encuesta, fuman los mismos cigarrillos de media al día y en fin de semana perciben más riesgo por beber alcohol en Burgos que en España pero baja en la media de consumiciones diarias.

Por el contrario, sí consideran que hay más riesgo en un consumo habitual de drogas ilegales, sobre todo inhalables, alucinógenos y, especialmente, heroína. «Es la droga a la que más miedo tienen los adolescentes de la capital burgalesa. Ninguno de los encuestados la ha consumido», apuntan los autores del estudio.

En este sentido, el 38,6% reconoce que estas sustancias pueden llevarles a situaciones violentas con la familia y el 8,8%, con personas desconocidas. A ello se añade que el 21,9% tiene dificultades para recordar la noche que ha salido, el 24,6% ha sufrido dificultades para concentrarse y el 31,6% ha tenido resaca. Otro problema a reseñar es que ingerir estas sustancias inhibe los sentidos e impulsa al descontrol. De hecho, el 21,9% reconoce haber mantenido relaciones sexuales la noche que ha salido y el 5,3% se arrepiente de haberlo hecho.

Tras el análisis, el plan concluye que es necesario implicar a la toda la sociedad a la hora de dar una respuesta integral a este problema y trabajar en la rehabilitación.

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