El más mínimo detalle puede dar al traste con cualquier procedimiento judicial: una prueba mal documentada, un perito que se revuelve contra la versión 'oficial' o un testigo clave que no es llamado a juicio pueden arruinar cualquier  investigación.

Un grupo de cinco grafiteros ha salido absuelto después de que no fuera citado a declarar en la vista oral el vigilante del Centro de Transportes de Burgos -la aduana- que observó su presencia  a través de las cámaras de videovigilancia del Puerto Seco. 

Los acusados fueron procesados por pintadas en un vagón que causaron daños que Renfe cifró en más de 3.000 euros. Pero el juzgado de lo Penal número 1 de Burgos ha considerado que existen dudas de que fueran ellos los autores de los grafitis.

Los hechos ocurrieron el 6 de diciembre de 2018, sobre las 23 horas. Un vigilante de la aduana dio la voz de alarma tras observar en los monitores de la garita de seguridad cómo varias personas accedían al interior del centro logístico.  Patrullas de la Policía Nacional se dirigieron hasta el lugar y, según afirmaron los agentes en el juicio, vieron salir a los acusados corriendo entre los vagones, tras lo cual fueron detenidos.

(Más información, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos o aquí)