La idea del presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, de garantizar que gobierne la lista más votada encontró en Cristina Ayala un apoyo insuficiente para dar forma a una propuesta sin mayor recorrido. La candidata a la alcaldía de Burgos defendió en una entrevista a DB que esta postura es «la razonable» y ahora serán los ciudadanos quienes decidan en las urnas el destino de sus respectivos municipios.

Después del 28 de mayo, llegará el turno de los pactos entre partidos. Actualmente, 12 de las 52 capitales de provincia están gobernadas por diferentes coaliciones que sirvieron para desbancar a los candidatos con más apoyos en las urnas. La cifra puede parecer pequeña, pero en ese listado se encuentran capitales españolas como Madrid, Barcelona,Zaragoza, Badajoz o La Coruña.

Burgos estuvo cerca de unirse a esta relación en 2019 y, cuatro años después, es una de esas plazas en las que todo puede ocurrir en la próxima convocatoria electoral. La capital, acostumbrada en la era democrática moderna a dar el poder a gobiernos con mayoría absoluta, vivió en 1999 la única experiencia en la que el partido más votado se quedó en la oposición.

La concatenación de diferentes proyectos de la derecha liderados por José María Peña (de 1979 a 1991) y por Valentín Niño (1995) sufrió un vuelco en las últimas elecciones municipales del siglo XX. La irrupción de nuevas fuerzas, el desgaste de la vieja guardia y la apuesta socialista por Ángel Olivares cocinaron el cambio en el Ayuntamiento de Burgos en unas circunstancias nunca antes vividas y que no se han vuelto a repetir.

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