El viaje de Pura Calma

B.A. / Burgos
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Cristina Fernández nació en Argentina, pero su familia materna procede de Palacios de la Sierra, donde se ha instalado junto a su marido y el proyecto de ambos, una tienda de ropa online puesta en marcha durante la pandemia

Cristina realiza envíos, de momento, a la península y las islas españolas.

Su corazón siempre ha estado partido en dos mitades: Argentina y España. En  la primera nació y ha vivido gran parte de su vida, de la segunda es originaria toda su familia y es donde ahora quiere estar. Cristina Fernández nació en Buenos Aires, donde sus abuelos, naturales de Palacios de la Sierra, llegaron cuando su madre tenía 9 años. «Mi padre también es español, de León, conoció a mi madre en Argentina, así que mi hermana y yo siempre nos hemos criado entre la cultura, las costumbres y la gastronomía de aquí», relata la mujer, que desde marzo reside en Palacios, donde ha llegado junto a su marido, Guillermo Cattaneo y su proyecto en común, Pura Calma, una tienda de ropa online. 

Siempre ha estado en ella latente ese sentimiento de nostalgia, casi como una necesidad de volver a la tierra de sus abuelos. Con 16 años la pisó por primera vez y ya se quiso haber quedado. «Tanto oír hablar de ella es como si ya la conociera. Mi madre me convenció para volver a Argentina entonces.Me dijo que primero acabara de estudiar allí y que después decidiera», relata la mujer, que cuenta en Palacios con la compañía de su hermana, Nora. «Cuando ella terminó Magisterio vino de vacaciones y ya se quedó, de eso hace 30 años. Aquí está con su marido y mis tres sobrinos», detalla. 

El momento de Cristina ha sido ahora. En Argentina la situación se estaba volviendo complicada, y si aquel ya no era su sitio, tuvo claro cual sí lo era. «Hablando con mi marido de la posibilidad de salir de Buenos Aires supimos donde estaba nuestro destino», relata la mujer, que tras 25 años en una empresa de cosméticos, donde era directora de arte y fotografía, decidió dejar su trabajo durante la pandemia para apostar por su propio negocio, relacionado con otra de sus pasiones, la moda y la asesoría de imagen. De todo ese bagaje profesional nació Pura Calma. «Teníamos en casa todas las herramientas necesarias para ponerla en marcha», relata Cristina, que puntualiza que su marido, de ascendientes italianos, tenía una academia de fotografía y  una oficina de márketing. 

Ahora Pura Calma es más burgalesa. La playa de Los Vados, Covarrubias, Lerma, Peñaranda y por supuesto  Palacios de la Sierra son el escenario de las sesiones donde Cristina luce las prendas que aparecen en el escaparte de su tienda online y que también exhiben en otras plataformas, como Facebook e Instagram. «Cargamos el coche con la ropa y nos vamos de ruta por pueblos del entorno. También hacemos vídeos, para mostrar la ropa en movimiento y la caída de las telas». Detrás de la cámara Guillermo, que también se encarga de la publicidad. Ella se centra en la selección de las prendas -lo que más disfruta- y en el trato con los proveedores. A través de la página web reciben sus pedidos, los preparan con mimo desde su casa de Palacios y los envían, de momento a la península e islas, aunque están esperan un certificado intracomunitario para hacerlo a toda Europa.

Mejor decisión. Están convencidos de que la decisión que han tomado es la mejor que podían haber elegido y desde el primer día que llegaron han sentido el cariño y la hospitalidad serrana. Les ha sorprendido la cercanía y el trato familiar, y lo rápido que han podido realizar los trámites. «Llegamos el 27 de marzo y el 20 de abril ya estaba operativa la tienda aquí. En el pueblo todo es más fácil, más personalizado», reconoce Cristina, que agradece también la cortesía que reciben cuando llegan cargados de paquetes para enviar a las oficinas de Correos de Salas de los Infantes o Quintanar de la Sierra. 

Pura Calma es una parte de Cristina Fernández hecha tienda. Dedicada a un público femenino entre 35 y 60 años, ofrece ropa cómoda, «para el día a día, ir a trabajar o para salir a tomar algo», explica su creadora, que añade que siempre va a haber prendas para ir más arreglada, y que la mayoría son piezas que valen a todas, no ajustadas y con precios asequibles. A través de su proyecto también quiere mostrar que la ropa no es algo frívolo, sino que detrás de la moda hay todo un mundo que la apasiona y que por ello también se formó en él. «Cuando alguien se viste da un mensaje de como quiere que le vea el mundo, lo que nos ponemos transmite mucho y si lo hemos elegido es por algo. La ropa es más de lo que nos pensamos», relata Cristina, que ahora está pasando unos días en Argentina para dejar todo cerrado y regresar en cuanto pueda de forma definitiva a Palacios, donde Nora se encarga durante este tiempo de Pura Calma.