Juan Carlos Pérez Manrique

Estos días azules...

Juan Carlos Pérez Manrique


Himnos

25/01/2023

Marco Lucato estudiaba cómo muchos himnos nacionales, generalmente compuestos en momentos de exaltación, están impregnados de tintes bélicos que apelan a la unidad frente al enemigo. El de Francia pide a los hijos de la patria que la sangre impura inunde sus surcos, el de Alemania habla de una Alemania sobre todo el mundo, el Dios salve a la reina inglés pide a su Dios que disperse a sus enemigos, el de Italia pide a sus hijos que estén listos para morir, los americanos invocan a la lucha, a las bombas estallando en el aire y al rojo fulgor de la sangre, o Els segadors de los catalanes anima a defender lo suyo segando vidas a golpes de hoz. 

Sin embargo, también hay otras músicas que han cumplido la función de himnos, que son seña de una generación por su exaltación de la paz (Imagine/Lennon) o por su identificación con un periodo de deseo de alcanzar la libertad en paz (Libertad sin ira y la transición española) o por su identificación con el entusiasmo y unidad en la lucha por valores que tienen que ver con la solidaridad y la libertad. 

Cuando el próximo viernes suenen las canciones de Paco Ibáñez en el concierto que Fundación Caja de Burgos (avenida Cantabria) ofrece, si has alcanzado ya una edad, quizás recuerdes cómo su voz fue una de las que también estaba contigo cuando entrabas en la adolescencia.

Como un buen carpintero que sabe que la madera no se hunde y si se enciende no se apaga, así trabajaba las palabras; para que ardieran y para que a la vez flotaran. Ahormaba su extensión exacta, el eco y el hueco, la profundidad y el tono que cada una de ellas tendría dentro del verso que acompañado con guitarra cantaba.

Por los libros escolares sabíamos de Góngora y Quevedo o del Arcipreste y de Manrique; y la curiosidad nos había llevado a procurar entender algo de Lorca, Alberti, Hernández o Blas de Otero. Pero él nos acercó a Brassens, de quien aprendió que solo por una canción puede merecer la pena la vida, y de su boca escuchamos que la poesía es un arma cargada de futuro, que cantando más allá de las penas personales es donde uno se ensancha o que solo el trabajo y el sudor levantaron los olivos de Jaén.

Aquellas canciones se convirtieron también en himnos que eran homenaje y entusiasmo alimentado por el ideal de esperanza que flotaba en aquellos años y que no deja de arder ni flotar.