Los alumnos alborotan el corral

I.P. / Pradoluengo
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El colegio San Roque de Pradoluengo incorpora a su programación didáctica el proyecto eGallinero Rurban. Los alumnos no solo cuidan a sus 35 pollitos, sino que trabajan transversalmente con las aves en todas las asignaturas

Los alumnos del colegio San Roque, en Pradoluengo, cuidan a sus 35 pollitos. - Foto: Patricia

Los escolares del colegio San Roque de Pradoluengo llevan unos días alborotados. No es para menos desde que cuentan con nuevos compañeros de pupitre, 35 pollitos, recién salidos de la incubadora, que se ha convertido en el juguete preferido de los niños, sobre todo de los de Educación Infantil.    

Este centro escolar se ha sumado al proyecto educativo de digitalización e internet que gira en torno a las gallinas y los polluelos, que además de abordar objetivos de desarrollo sostenible se alinea con la Ley Educativa Lomloe de implantación el próximo curso, por lo que el colegio San Roque ya está poniendo los cimientos en esta recta final de las clases con esta iniciativa piloto, impulsada por el grupo de desarrollo local Agalsa, y que se enmarca en un proyecto global más ambicioso bautizado Gallinas solidarias, que involucra a una amplia red de centros educativos en toda la geografía nacional. 
Para poner en marcha el proyecto, toda la comunidad educativa ha aportado  su grano de arena, desde el propio montaje del gallinero -en un soportal del patio- en el que han contado con la ayuda del abuelo   de uno de los alumnos y de estos  mismos que han aprendido a ensamblar las piezas para hacer los cajones con tornillos y después les han decorado con dibujos, hasta el cuidado diario de los pollitos. Son los niños los primeros que van a ver si tienen comida y a cambiarlos el agua y están entusiasmo con ellos. Son su nuevo juguete.

Pero con ser este 'trabajo' útil para los chavales porque «aprenden a asumir una responsabilidad», el objetivo del proyecto es que el gallinero sea un  vehículo de aprendizaje cooperativo, práctico y transversal en todas la asignaturas, como postula la nueva Ley de Educación. Así, explican Belén Zamanillo, directora del centro, y María Valderey, una de las profesoras, en todas la áreas se está trabajando con esos postulados de transversalidad; el montaje y decoración tiene que ver con las habilidades de la asignatura de plástica; en sociales se trabajan otros aspectos como el conocimiento de esta raza castellana, su procedencia, sus características y la importancia de apostar por una especie autóctona que está en peligro de extinción. En ciencias, las explicaciones van sobre la constitución y distintas partes del cuerpo de los animales, cómo se reproducen, por qué ponen huevos... , mientras en matemáticas se han pesado los huevos y se puede medir volumen y longitud, mientras en lengua se ha el desarrollado vocabulario en torno a esas aves y la escritura con todos los carteles que se han instalado en el gallinero del patio. Hasta en clase de música el proyecto Gallinas Solidarias tiene cabida con la puesta en valor de canciones o al detenerse en los sonidos que emiten las gallinas y los polluelos y cómo van cambiando a media que crecen o en función de diversas circunstancias.

Los niños de Infantil son los que más disfrutan con los pollitos y están pendientes de que tengan comida y agua.Los niños de Infantil son los que más disfrutan con los pollitos y están pendientes de que tengan comida y agua. - Foto: Patricia

En el caso de Pradoluengo, el proyecto como no podía ser de otra manera, se lleva a cabo con la gallina negra castellana, en colaboración con la Asociación Huerteco que trabaja en su recuperación. Desde las instalaciones de Santibáñez Zarzaguda se trasladaron al colegio los huevos y la incubadora en la que han permanecido 21 días -durante los cuales también se han ido observando los huevos para ver si tenían cría- Tras ese tiempo, nacieron 35 pollitos que son los que están en el gallinero, aunque de cara al próximo curso se quedarán con media docena y el resto se los van a llevar algunos padres de alumnos por 5 euros que se destinarán a Huerteco para que siga con su labor. Durante las vacaciones, se espera que algunas familias se hagan cargo de ellos hasta septiembre que vuelvan al colegio.

Los escolares están entusiasmados con los pollos y durante los recreos se atrincheran en torno a ellos. Andrea Arceredillo, de cuarto de Primaria, es una de las alumnas que ha colaborado en el montaje del gallinero, actividad que le ha parecido muy divertida; además cuenta que le llamó mucho la atención el proceso de incubación que no había visto nunca. Para Leo Conde, de cuarto de Primaria, es interesante saber cuidarlos y ha aprendido cómo hay que protegerlos al cogerlos para que no se asfixien, y la pequeña Vera Zaldo, de apenas 6 años, ha colaborado pintando un pollito para la decoración del gallinero. Paula Abajo, de 5 de Primaria, tiene claro uno de los objetivos vinculados a las gallinas castellanas: recuperar la especie. 

Para la directora del centro y el resto de profesoras está siendo una experiencia enriquecedora, además de divertida y destacan que «al final se involucra no solo el  colegios, sino las familias de la villa y su entorno».