Ejercicio de dramaturgia adolescente

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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El grupo de teatro del IES López de Mendoza se atreve con la adaptación de 'Los besos en el pan', de Almudena Grandes, un proyecto que ha recibido un cariñoso apoyo de Luis García Montero

Ensayo de unas de las escenas de ‘Los besos en el pan’ en la que la policía carga contra unos manifestantes que se oponen al cierre de un centro de salud. - Foto: Jesús J. Matías

Uno de los momentos más álgidos de Los besos en el pan, la novela coral con la que Almudena Grandes quiso reflejar la dureza de la crisis del 2008, es ese en el que el vecindario de un barrio se enfrenta a la policía cuando está apoyando a los profesionales de su centro de salud, cuyo cierre parece inminente. En el salón de actos del IES López de Mendoza se reproduce la escena con la tensión que requiere el momento: quienes hacen de agentes están tiesos, impávidos, muestran una cierta chulería; enfrente, la gente, desde la chavalería hasta dos mujeres mayores «que ya lo han visto todo», y dos médicas con sus batas blancas que intentan razonar con las fuerzas del orden. Cada uno de los papeles está interpretado por adolescentes que cursan entre 3º de la ESO y 2º de Bach y que se quitan tiempo de ocio y de estudio para levantar la adaptación dramática que su profesora de Lengua y Literatura, Inés Andrés, ha hecho del libro como un homenaje a la escritora prematuramente desaparecida, de la que ha sido siempre lectora impenitente.

Si hay nervios entre el elenco no se nota. Pesa una profesionalidad inusitada, así que repiten cuando toca y si alguien pierde el texto no pasa nada, cada quien vuelve a su sitio y empiezan otra vez. La adolescencia solo se desparrama cuando en la ficción la policía se lía a porrazos con los manifestantes. «No hay nada que les guste más que gritar cuando están en grupo», comenta Inés Andrés con una sonrisa mientras José Luis Manso, maestro, actor y gestor cultural que colabora en el proyecto, les lanza las indicaciones pertinentes y les recuerda lo importante que es la disciplina en la dramaturgia.

El aplomo que demuestra la chavalería tiene más valor cuando se sabe que el 7 de junio es el preestreno y que están hasta arriba de trabajos y de exámenes, es decir, que tienen el tiempo prácticamente encima. Pero no perdonan el rato de ensayo para que todo salga a pedir de boca. Porque el listón está muy alto, pues el año pasado, el grupo de teatro del IES -que aún no tiene nombre- se hizo con el premio Buero de Teatro Joven en Castilla y León en la categoría escolar con una versión de Rebelión en la granja, de Georges Orwell, adaptada también por Andrés. También ha sido un acicate excepcional recibir un cariñoso mensaje del poeta y viudo de Grandes, Luis García Montero, a quien Inés Andrés le informó del proyecto: «Gracias, querida Inés. Mi mejor abrazo y mi agradecimiento por este homenaje a Almudena».

Inés Andrés, profesora de Lengua, y José Luis Manso, actor, codirigen la obra.Inés Andrés, profesora de Lengua, y José Luis Manso, actor, codirigen la obra. - Foto: Jesús J. Matías

Los nervios afloran cuando bajan del escenario. Las jóvenes actrices le dicen a su profesora que falta el vestuario, que no saben cómo se pondrán el pelo, que a ver si es posible arañar alguna hora más para machacar más el texto... y la docente pide calma y la da. Va a salir todo bien porque, sobre todo, hay ganas.

La emoción. Las de Iván Casal, de 14 años, por ejemplo, que está muy seriecito cuando explica qué es lo que le movió para apuntarse a la actividad de teatro: «Cuando era pequeño venía a ver las obras que hacía mi hermana, que también estaba en teatro. Cuando vi que este curso había la posibilidad de entrar en el grupo, fui a casa emocionado, se lo dije a mi madre, le pedí permiso para apuntarme y lo hice». Iván da vida a Pablo, el hijo de una de las mujeres sobre cuya historia pivota la acción, y salvo un par de frases que le han resultado más duras de aprender, el resto ha ido estupendamente y ya está deseando que llegue el día del estreno. Reconoce que no había oído hablar nunca de la autora, pero que cuando la profesora llevó un ejemplar de Los besos en el pan pensó que alguna vez se lo leerá. De momento, se pierde y se divierte entre las páginas de Laura Gallego, una estrella de la literatura juvenil.

Carlota González, de 1º de Bach, ya hizo el año pasado Rebelión en la granja y dice que lo disfrutó muchísimo: «Me acuerdo de que teníamos Lengua los lunes a primera hora y yo venía a clase motivada, así que cuando Inés lo puso en marcha no me lo pensé». Su papel es el de Amalia, la peluquera en cuyo establecimiento la clientela cuenta sus penas: «Es maja con todo el mundo e intenta no despedir a sus trabajadoras». Diana García -extrovertida y parlanchina- también de 1º de Bach, da vida a otra Diana, médica endocrina y madre de Pablo. Cuenta que se apuntó al grupo para aprender a hablar más despacio de lo que lo hace y que poco a poco lo va consiguiendo.

Aunque la temática de la obra es puramente adulta -se habla de desahucios, de parejas que fracasan, de paro, de muerte, de soledad- parece el grupo tiene la madurez suficiente como para plasmarlo con eficacia, y, además, han reflexionado sobre ello en grupo con ejemplos cercanos que les han puesto los docentes. «Me parece que aquella fue un época muy difícil porque los adultos tenían mucho paro y empezaban a cobrar menos», apunta Iván, que parece que sabe de lo que habla. «Yo les pregunté varias veces si estaban seguros de que esta era la obra que querían poner en marcha -añade Inés Andrés- precisamente por los asuntos que son más de sus padres que de ellos mismos y siempre me dijeron que sí». Apostilla Manso que el grupo le ha logrado emocionar en más de un ensayo: «Están haciendo un trabajo magnífico y es genial cómo se ponen en la piel de los adultos con la edad que tienen, para eso hay que hacer un esfuerzo enorme y lo consiguen». 

Y es que todo lo que se ve en el ensayo del Mendoza tira por tierra los clichés que dibujan una adolescencia enganchada al móvil. La profesora sale en tromba en su defensa: «Hacen de todo -teatro, deporte, idiomas- y están todo el día con trabajos y exámenes, no entiendo las críticas».