Si ya de por sí es complicado vivir en el medio rural, hacerlo en un pueblo con algún tipo de protección urbanística, como por ejemplo la que se aplica a los municipios por los que discurre el Camino de Santiago, puede convertirse en un auténtico suplicio a la hora de solicitar una licencia de obra, poner en marcha un negocio o, simplemente, como es el caso de Jacinto José Delgado, intentar instalar diez placas solares fotovoltaicas para autoconsumo energético en el tejado de su vivienda de Rabé de las Calzadas. 

La proximidad de la casa al trazado de la Ruta Jacobea, aunque Delgado afirma que está fuera de los cinco metros de protección especial según las normas urbanísticas de 2000 de Rabé, según unos planos del Camino de Santiago de 1988 que maneja la Administración regional, o alguno de sus técnicos, está propiciando la negativa de la Comisión de Patrimonio a la colocación de los paneles en el tejado por considerar que tienen «una afección visual», es decir un impacto negativo, en el Camino. Una opinión la de Patrimonio que, además de Delgado, tampoco comparten los técnicos municipales de Rabé, cuyos informes son favorables a la instalación de esos paneles.

Además de considerar que le asiste la razón y también la legislación, Delgado manifiesta que «hay vecinos de Rabé en mi situación que tiene paneles solares y en Tardajos, que también está en el Camino, hay muchas casas con ellos, pero aquí no sé que está pasando que todo son negativas e incluso han llegado a cuestionar hasta la legalidad de la vivienda, afirmando que la construcción del edificio no ha sido autorizada por la Comisión de Patrimonio», afirma. 

Para este vecino «es incomprensible» la situación que está viviendo y recuerda que, buena muestra de ello, es que «hasta el propio Ayuntamiento de Rabé, cuyos informes son favorables,  ha recurrido la resolución de Patrimonio», afirma Delgado, quien insiste en que «no puedo entender» la negativa de Patrimonio y apunta que en el proyecto que le han denegado, «las placas no se ven cuando llegan los peregrinos porque están en la otra vertiente del tejado».

Avances tecnológicos. En el mismo sentido que Delgado se expresa el asesor urbanístico municipal,  quien señala que «la negativa a la implantación de las placas va en contra del natural avance tecnológico de las infraestructuras y servicios, así como en contra de las tendencias medioambientales actuales donde se pretende un ahorro considerable de energía con la reducción de la emisión de CO2».

Además, el técnico municipal también considera que no existe afección apreciable sobre la imagen del Camino de Santiago que pudiera justificar la negativa a colocar esas diez placas y que tampoco existe incompatibilidad con la normativa urbanística, aunque recuerda que su informe se encuentra en un plano inferior al de la Comisión Territorial de Patrimonio. 

A pesar de este informe del asesor urbanístico del municipio y de la memoria técnica del proyecto redactado por la empresa Ocho Caños, especializada en este tipo de instalaciones y que ha materializado varias en localidades del Camino de Santiago, la Comisión  Territorial de Patrimonio insiste en su negativa al considerar que los paneles en la cubierta de la vivienda «serían visible desde el Camino de Santiago y constituyen elementos ajenos a las características tipológicas de la zona». En una de las notificaciones que ha recibido Delgado, los técnicos de la Administración regional señalan que para poder autorizar esa instalación el propietario de la vivienda «debería plantearla en otro lugar dentro de la parcela, que no sea visible» desde la Ruta Jacobea.

Que autorice el municipio. Con las posturas enfrentadas y visiones totalmente diferentes, Delgado insiste en que su casa se encuentra fuera de la zona de protección del Camino de Santiago, según la documentación urbanística municipal y de la propia Junta, por lo que considera que «no le corresponde a Patrimonio autorizar o no» las obras para instalar las placas solares en el tejado, «si no que es competencia exclusiva del Ayuntamiento», reitera, a la vez que matiza que en la normativa urbanística municipal, de 2000, y en su revisión de 2002, no se tenía en cuenta la instalación de placas solares.

«Hoy en día, la sostenibilidad energética es una prioridad y vemos que se están instalando placas para autoconsumo en todos los cascos urbanos compatibilizando así la sostenibilidad energética con la protección del patrimonio», afirma Delgado, quien vuelve a poner como ejemplo la situación que se está viviendo en Tardajos. «Allí las casas con placas solares tienen la misma situación urbanística que la mía, pero en Tardajos estas instalaciones las está autorizando exclusivamente el Ayuntamiento, mientras que en Rabé ocurre lo contrario, aunque las apruebe Patrimonio la deniega sistemáticamente», asevera este vecino.

Es precisamente esa discriminación la que no entiende Delgado ni tampoco el alcalde de la villa, Diego Rodríguez, quien considera que el proyecto que plantea Delgado no tiene ningún impacto visual sobre el Camino de Santiago y que la competencia para autorizar o denegar las instalación de las placas fotovoltáicas debe ser municipal.