El singular laberinto que conforman las bodegas subterráneas de Aranda de Duero ya goza de un amparo especial que va a garantizar en gran medida su conservación. La Consejería de Cultura y Turismo ha incoado el procedimiento para la declaración de esta extensa red de galerías subterráneas como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Conjunto Etnológico. Una orden emitida el 15 de mayo por la Dirección General de Patrimonio y que publicaba ayer el Boletín Oficial de Castilla y León.
Con este trámite se pretende dar protección a todo este conglomerado constituido por la red de bodegas que incluye las propias galerías, sus accesos y las dependencias relacionadas con la actividad mercantil, como los lagares y portalones, así como los elementos auxiliares de estas instalaciones, como son zarceras, sumideros o respiraderos, entre otros.
La iniciación del procedimiento, según destacó ayer la concejala de Cultura, Celia Bombín, conllevará a efectos prácticos la aplicación inmediata y provisional del régimen de protección previsto en la citada ley para los bienes declarados de interés cultural. Asimismo todas las obras que hubiesen de realizarse en el conjunto que se pretende declarar, no podrán llevarse a cabo sin la aprobación previa del proyecto correspondiente por la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural, o si es el caso, por la Dirección General.
Se trata de una red de bodegas de gran extensión que, como elemento diferenciador, se desarrolla bajo el caserío del casco antiguo, cuyos orígenes se remontan al siglo XV y que se ha transmitido en un buen estado de conservación. Hasta la fecha hay inventariadas 135 bodegas con más de cinco kilómetros de galerías.
Este complejo constituye un singular patrimonio de relevante interés histórico y etnográfico, por su extensión, por su ubicación, por su configuración en forma red o tela de araña, por su antigüedad, por la fisonomía de cuevas y túneles excavados bajo el suelo y por la estructura de su propiedad. Junto con el legado patrimonial relacionado con la arquitectura del vino, constituye un elemento cultural muy significativo, ligado al propio desarrollo de Aranda.
Por ello, desde la Junta de Castilla y León se considera que estas bodegas, el único conjunto de cavas de la Comunidad Autónoma que cuenta hasta el momento con la distinción de Conjunto Etnológico, constituyen un patrimonio singular, representativo de un pasado y de unas formas de vida digno de ser conservado y transmitido a generaciones futuras.
La decisión de incoar el expediente de declaración de este Conjunto Etnológico, en la que se ha trabajado conjuntamente con el Ayuntamiento de Aranda de Duero, se enmarca dentro de las previsiones de la Consejería de Cultura y Turismo de proteger aquellos bienes representativos del patrimonio cultural de Castilla y León más ligados a las características propias de nuestro territorio.
En esta iniciativa, según reconoció ayer Celia Bombín, se venía trabajando intensamente desde septiembre de 2011 y destacó que ha sido un trabajo desarrollado conjuntamente con las concejalías de Urbanismo y de Turismo.