El empresario Marcelino Ruiz cree en las segundas oportunidades y apuesta por devolver a la vida al deshabitado pueblo de Bárcena de Bureba. Atrás dejó la intención de vender en conjunto las 50 viviendas de las que es propietario por 350.000 euros porque «veo bastante difícil que alguien invierta esa cantidad», para centrarse en la instalación del servicio de agua y electricidad municipal y desprenderse de los inmuebles poco a poco. Hace un tiempo una persona se interesó por el anuncio «pero no llegamos a ningún acuerdo», expone, por lo que pretende centrarse en la instalación del servicio de agua y electricidad municipal y desprenderse de los inmuebles poco a poco.
En el catálogo del burebano aparecen inmuebles de diversos tamaños, algunos con unos 100 metros cuadrados de planta y otros más pequeños de 30 o 40, «potencialmente recuperables» al mantener su estructura de piedra caliza en «buen estado», a pesar de que las más de tres décadas desde que el último vecino abandonó la localidad han pasado factura en mayor o menor medida. Aquellos que se animen a comprar una de las casas a «bajos precios» deberán restaurar el tejado y el interior.
Durante el pasado siglo el pueblo destacaba por conservar en perfectas condiciones su trazado medieval y las señoriales edificaciones colgadas incrustadas en la piedra. Sin embargo, en la actualidad tan solo perdura un conjunto de restos de muros invadidos por las zarzas en los que algún artista callejero encontró el lienzo perfecto para plasmar su sello a todo color. Todavía se aprecian las diferentes calles y el cartel identificativo sigue en pie. Aún así, Ruiz se hizo con las edificaciones con el fin de desarrollar un ambicioso proyecto vinculado al turismo rural y transformar la localidad en un complejo hotelero y de ocio con ayuda procedente de Europa. Pero la crisis del ladrillo de 2008 impidió que se beneficiara de las subvenciones y aparcó el plan.
El vandalismo también llegó a la entidad y en la parte alta del caserío destaca la pequeña iglesia de San Julián y Santa Basilisa de origen románico, que en la actualidad únicamente conserva de esa época el ábside y el presbiterio, así como su campanario en espadaña de estilo barroco. En su interior se aprecia como algún insensato han hecho de las suyas al profanar las tumbas y al destrozar el poco mobiliario que quedaba.
En el caso de que un particular o una empresa se interese por la adquisición total del pueblo todavía está a tiempo, pese a que el portal inmobiliario Idealista -que anunció la llamativa venta- ha retirado el anuncio de la web. El empresario iniciará los trámites para que la pequeña pedanía perteneciente al municipio de Abajas disponga de nuevo de luz y agua a partir del próximo año. Ya cuenta con los permisos y solo queda buscar una empresa para que se encargue de los trabajos.