El desarrollo del Plan Parcial Yagüe arrancó a finales de los años 90, pero se estancó con la crisis del ladrillo. En las parcelas destinadas a unifamiliares únicamente crecía la hierba y las constructoras dejaron la urbanización a medias. A partir de 2018 la zona se reactivó y poco a poco empezaron a proliferar las construcciones en un entorno eminentemente residencial. 

También el Ayuntamiento culminó los servicios del entorno (parque infantil, pista deportiva...) que en parte financió con los avales incautados a las empresas. De esos polvos, estos lodos. Ahora la zona se ha llenado de nuevos vecinos y como se ha ido edificando en fases han aparecido los primeros problemas debido a la falta de aparcamiento. 

Algunas de las calles se contemplaron como privadas de uso público para poder dar la licencia de primera ocupación al no estar recepcionada la urbanización y en ellas se puede estacionar. Otras son peatonales y, por lo tanto, no se puede aparcar, pero hay acceso a los garajes. De hecho, los residentes pagan 83 euros por el vado. Por ejemplo, la calle Enrique de Diego pertenece al primer grupo y Marqués de Lorca, al segundo. Algunos vecinos están llamando constantemente a la Policía Local para alertar de que hay vehículos aparcados en zonas peatonales y otros no quieren que vecinos de otras calles estacionen en la suya que es privada de uso público. Otros incluso han colgado carteles en paredes y farolas advirtiendo de este hecho. La situación está dando lugar a un verdadero conflicto vecinal, dado que no hay sitio para aparcar si se cumple estrictamente la legalidad. De hecho, algunos residentes aseguran que por la noche es imposible encontrar un hueco y se ven obligados a dar vueltas durante 35 minutos, dado que la mayoría de las familias tienen dos vehículos y en los garajes solo entra uno. 

Se agudiza el ingenio para encontrar un hueco. - Foto: Luis López Araico

Desde la Asociación Recreativa, Cultural y Deportiva Los San Juanes hacen un llamamiento al entendimiento a todas las partes para que el conflicto no vaya a más. «Nunca ha habido ningún problema hasta ahora y se ha convivido perfectamente para aparcar sin molestar la salida del vecino», indicó un miembro de esta asociación. 

La solución no es fácil, dado que si se opta por prohibir el estacionamiento en la 'zona nueva' por ser calles peatonales habría que extender esta prohibición a la 'zona antigua', donde se vive la misma situación y nunca se ha registrado problema alguno.

El intendente jefe de la Policía Local, Félix Ángel García, recuerda que al ser un barrio residencial todo el que aparca es vecino y urge un entendimiento como se ha llegado en La Castellana o Villatoro. No obstante, los agentes acuden a las llamadas y con la ley en la mano tienen que multar.