Cara a cara con el lobo

S.F.L. / Monasterio de Rodilla
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Rafael Sedano, pastor de Monasterio de Rodilla, denuncia que en tan solo tres años ha perdido más de la mitad de las ovejas de su rebaño por mordeduras de estos animales, las dos últimas el martes

El pastor Rafael Sedano, a la espera de que vayan a recoger el ganado muerto.

Con el miedo metido en el cuerpo, Rafael Sedano acompaña a su pequeño rebaño de ovejas a los prados próximos al aprisco en el que se refugian por las noches. Hasta hace escasos días las abría las puertas para que camparan a sus anchas pero el último ataque del lobo de la madrugada del martes lo ha cambiado todo. Ahora intenta separarse de sus animales el mínimo tiempo posible y permanece en todo momento alerta para así evitar que el cazador actúe de nuevo. «Estoy convencido de que nos está observando», comenta el pastor mientras desciende la ladera junto a uno de sus perros y dos gatos. Según el octogenario, cuando tiene hambre «pierde la vergüenza, se acerca al pueblo, y tengo miedo a que me ataque en el corral», manifiesta.

Todavía con los cadáveres de dos jóvenes ovejas churras sin trasladar al depósito -uno ocupa una de sus carretillas mientras que el segundo, parcialmente devorado, continúa sobre la hierba- el vecino de la localidad burebana, de 85 años y con una amplia trayectoria en el sector agrícola y ganadero, confiesa que durante las más de seis décadas que cuida de sus ovejas y cabras «nunca antes se había producido un ataque de lobo a escasos metros de las calles del barrio alto del municipio», como en esta ocasión, y a pesar de ser consciente de que se trata de una especie protegida denuncia que «deberían hacer algo para proteger al ganado» (...).

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