Es el responsable internacional de una de las principales organizaciones no violentas del mundo, inspirada por el propio Gandhi, centrada en la lucha por conseguir una redistribución justa de las tierras que contribuya a erradicar el hambre y la pobreza en la que están sumidas millones de personas en la India.

Ramesh recaló en Burgos de la mano de SAIn, Cáritas, Acorema, Casa Grande, Promoción Solidaria, CVS y Entrepueblos, colectivos obstinados en dar voz a los preteridos de la tierra.

Ustedes siguen la máxima de Gandhi: no hay caminos para la paz, la paz es el camino.

La paz es el camino para la vida, para la civilización del futuro. Nosotros decimos que actualmente en el mundo hay explotación. Y sin justicia no puedes traer paz a la sociedad. Para nosotros la paz y la justicia van unidas. Esos son nuestros objetivos.

¿Pero se obtienen resultados con esa lucha pacífica?

Sí. Tenemos mucha experiencia. Llevamos ya cuarenta años trabajando. Para nosotros la no violencia también es una forma de mirar el mundo. No es sólo una teoría, una ideología o una práctica. Si practicas la no violencia y no consigues el resultado, no importa. Cada acción no violenta transmite mucha energía positiva a todo el mundo, a sus mentes y corazones. Este es el éxito para nosotros.

¿Es la mejor forma de rebeldía?

Sí. Si queremos desarrollar una sociedad igualitaria, la no violencia es el mejor modo. Sólo la no violencia te permite hablar con tu oponente. Gandhi nunca usó la palabra enemigo. Usó la palabra oponente. Significa que tú puedes estar en desacuerdo conmigo pero no que seas mi enemigo. Por eso nosotros sentimos que el diálogo es la principal arma civilizada que tenemos en las manos

¿Qué han conseguido en estos años de lucha?

Mucho.El primero logro es que miles de jóvenes se están formando desde perspectivas colectivas, no de líderes. Se está creando gente motivada para luchar contra la violencia y la injusticia. Nuestro movimiento consigue grandes éxitos para lograr tierra para muchos campesinos sin ella. Hemos liberado también a muchos esclavos.

Su lucha se centra en la tierra. ¿Cuál es la situación de la India en este sentido?

El problema de la tierra es crítico en la India. Hay 300 millones de personas sin tierra; por otro lado, el Gobierno está dando mucha tierra a multinacionales. Es una nueva forma de violencia estructural. Se quita la tierra a la gente, cuando en nuestro país es muy importante porque el 70 por ciento de la población depende de la agricultura.Para ellos, la tierra es su modo de vida. Es identidad.Es dignidad.

¿Creen que un reparto más equitativo de la tierra acabará con la pobreza?

Defendemos la tierra para todos los que la quieran trabajar con sus manos. Hay un gran debate en el mundo por la soberanía alimentaria, que no es posible a través de la gran industria. Defendemos que tengan el derecho de cultivar su propia comida y la de su sociedad.

¿Cómo les observa el gobierno indio? ¿Les temen, ejercen sobre ustedes represión?

Conocen nuestra fuerza social y política. No pueden ignorarnos. Y como estamos abiertos al diálogo, no pueden tampoco rechazarnos. Es una campaña democrática. Creemos que esta es la vía.

¿Está cediendo el Gobierno?

En el último año el Gobierno a aceptado muchas de las demandas. Ya hay nuevas políticas y legislaciones. Una ley garantista con la tierra. Es que nuestro argumento es muy poderoso.

¿Se conseguirá algo?

Una ley no puede cambiar la situación por sí sola. No es suficiente. Queremos que se lleve a la práctica. Hay que hacer mucho trabajo de campo.

¿Qué piensa cuando escucha que aquí hay crisis?

Hay una crisis global, provocada por una violencia económica. Creemos que ser ciudadano de este mundo es luchar contra ello. Por eso queremos desarrollar enlaces entre el Norte y el Sur, luchar todos como una familia.