Las previsiones de ocupación hotelera para mayo eran, de entrada, muy favorables, y así se confirmó en el puente del Día Internacional del Trabajo. Sin embargo, los pronósticos no se cumplieron el fin de semana pasado, que la patronal no duda en calificar de «flojo» y aventura que se convertirá en el peor de este mes, ya que el sector espera que los próximos días no laborables se recuerden como unos de los «más fuertes del año» al coincidir varios factores en el calendario.

El principal es la festividad de San Isidro el lunes, que celebra la capital madrileña y otros municipios de esta Comunidad, teniendo en cuenta que se trata de una de las primeras emisoras de turistas a Burgos. Su efecto se nota sobre todo en las reversas para el domingo, que alcanzan el 70% de ocupación y «continúan creciendo», según reconoce el presidente de la Federación de Hostelería, Luis Mata. Un porcentaje que se mejora para las noches del viernes y el sábado, que se encuentran ya al 85% con la convicción de llenar o rozar el lleno.

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