El PP busca revitalizar el cerro de San Miguel

J.M. / Burgos
-

El equipo de Gobierno se marca un horizonte de ocho años para completar la rehabilitación integral de un espacio de quince hectáreas que considera tiene un enorme potencial

El cerro de San Miguel, en el entorno del Castillo, ocupa una superficie de unas quince hectáreas. - Foto: Valdivielso

La rehabilitación integral del cerro de San Miguel es, sin duda, el proyecto estrella del nuevo equipo de Gobierno municipal en materia medioambiental. Tal es así, que el Ejecutivo se marca un horizonte de ocho años para hacer realidad esta transformación que, puede decirse también, forma parte de la estrategia ya iniciada por el Ayuntamiento en los últimos años para revitalizar el entorno del Castillo. Un espacio de unas 15 hectáreas que se considera infravalorado, en cierto modo hasta desconocido y con un gran potencial tanto para el disfrute de los burgaleses como para su promoción turística.

El concejal del PP, Carlos Niño, detalla que el proyecto que se encargue basculará sobre cuatro ejes, con la premisa de que lo que allí se haga sea «sostenible y respetuoso con el medio ambiente» y con la idea de crear nuevos usos deportivos, culturales y turísticos. A partir de ahí, lo que se buscará es una mejora de los «accesos», entendiendo como tal los caminos ya existentes para, por ejemplo, exprimir su potencial como rutas para realizar senderismo.

El segundo eje es el del «contenido». Y aquí entran en escena tanto la mejora que se está acometiendo del Castillo, la puesta en marcha del Centro de Biodiversidad y otras aportaciones que puedan surgir con la redacción del proyecto. Porque la letra pequeña y el detalle no se conocerán hasta que esta iniciativa comience a rodar desde el punto de vista administrativo.

La «seguridad» es otro de los pilares. Y aquí podría caber hablar de una mejora de la iluminación, pero también de tener el cerro en un óptimo estado de conservación para evitar, por ejemplo, los peligrosos incendios que se han producido los últimos veranos y que, afortunadamente, no han tenido graves consecuencias.

La cuarta pata de este proyecto tiene que ver con el «mantenimiento». Es decir, con la conservación de la que antes se hablaba y con que lo que allí se haga no exija grandes recursos para mantenerlo en un estado óptimo.

A esto se suman los planes por seguir dando pasos con el Plan Director de la Muralla, que de alguna manera afecta a esta zona (aunque también a otras de la ciudad), y con la excavación de la judería.