La profunda reurbanización proyectada en la calle Alfonso VIII avanza paso a paso en su proceso administrativo, pero los tiempos manejados en la tramitación previa llevan al límite los plazos previstos y provocarán que esta actuación tenga que esperar más de lo previsto inicialmente. Al menos, así se asume en el Ayuntamiento de Burgos.

Salvo acelerón inesperado en las próximas semanas, la intervención integral en el entorno de Las Huelgas no llegará a tiempo para ser incluida en el presupuesto municipal de 2024 y el horizonte ya marca 2025 como punto de partida de unos trabajos que darán todo el protagonismo al Monasterio y al peatón.

En este momento se está redactando el proyecto y el Ayuntamiento respetará los ritmos de una actuación que, a la espera de concretar en los próximos meses el calendario de la intervención, será una realidad en este mandato.
La mejora de este espacio urbano tan particular se impulsó en el tramo final del último mandato municipal y el actual equipo de Gobierno seguirá la línea descrita inicialmente para ir un paso más lejos. Y es que el área de Urbanismo mostró desde el comienzo del ciclo político su interés en «reordenar y proteger el Arco del Amparo». 

La ampliación de la peatonalización acabará con el polémico acceso de los vehículos por ese estrecho paso y completará una intervención que eliminará un centenar de plazas de aparcamiento. Además, deberán definirse las alternativas para el paso del transporte público en una calle Alfonso VIII que replicará el estilo del pavimento incluido en la urbanización de Las Llanas con una nueva superficie cuya zona central presentará una mayor rugosidad. Los residentes podrán acceder a una velocidad de 20 kilómetros por hora, 

Otro aspecto clave es la solución adoptada para la iluminación del Monasterio. Además de responder a una cuestión estética y práctica para tener el visto bueno de Patrimonio Nacional, la instalación definitiva se adecuará a los parámetros establecidos que garanticen la mayor eficiencia energética.