La incógnita de quién iba a encabezar la lista electoral del PP en Aranda de Duero se ha desvelado. Tras más de tres meses de reflexión, interna y con sus más cercanos, Raquel González ha aceptado el ofrecimiento de su partido y optará por cuarta vez consecutiva a ocupar la Alcaldía de la capital ribereña. Así se lo ha comunicado a los responsables de los populares en la provincia de Burgos, en la semana en la que se espera que se den a conocer las candidaturas del PP para las próximas municipales en toda Castilla y León.

La decisión la tenía tomada desde hacía días, o tal vez semanas, pero contestaba con hermetismo siempre que se le preguntaba por este particular, incluso a sus más cercanos colaboradores en el ámbito municipal. «Os enteraréis todos a la vez», era la última respuesta que daba a los medios de comunicación.

Esta arandina de 53 años, casada y madre de tres hijas, abogada, mediadora familiar y experta en Derecho de daños, acumula experiencia política, además, en cargos internos dentro del partido, donde en el último congreso comarcal tomó el relevo de Ángel Guerra al frente, como ya hizo al encabezar la lista popular arandina por primera vez en 2011.

La trayectoria política de González en el Consistorio arandino arrancó en el mandato 1995-1999, para cuyas elecciones se estrenó en la lista del PP en el número 12. Tomó posesión de su acta de concejal del equipo de gobierno en octubre de 1998 y, tras un paréntesis de ocho años, volvió a la política activa en 2007, como edil en la oposición. Los siguientes tres mandatos, incluido el actual, ha sido la alcaldesa de Aranda, siempre gracias a pactos de gobernabilidad o en minoría, como sucedió entre 2015 y 2019. En los comicios de ese año, las urnas dieron como lista más votada a la del PSOE, pero un pacto con los tres ediles de Cs y el apoyo de los dos de Vox le dieron la Alcaldía al PP, que aporta 5 concejales al equipo de gobierno.

La experiencia de estos 12 años que está a punto de cumplir al frente del Ayuntamiento de Aranda de Duero le ha dado a Raquel González la suficiente experiencia para buscar apoyos de gobernabilidad, llegar a acuerdos en temas principales y contemporizar en los debates, en una ciudad que siempre se ha caracterizado por la fragmentación del reparto de votos, dando lugar a corporaciones con multitud de colores políticos.