José Ramón Remacha

El mirador diplomático

José Ramón Remacha


Boris Johnson

15/07/2022

Lo que está ocurriendo en Inglaterra merece atención porque tiene mucha semejanza con la situación existente en otros países europeos, Francia, Italia, España, donde los tiempos del post brexit son preocupantes por lo menos en lo económico.

En Inglaterra se ha producido una reacción contra el gobierno. Desde el mismo partido en el poder, Boris es tachado de embustero, engañador, farsante además de estrafalario. No le han llamado payaso por respeto a una profesión muy digna. La crítica se ha extendido más allá del partido conservador. Ante tal reacción Boris decide dimitir y comenta: «El instinto de la masa es poderoso. Y cuando se mueve, se mueve». Hay quien opina que esta dimisión es un nuevo truco de Boris Johnson para seguir mandando. No lo creo. El sistema democrático inglés cuando se mueve se mueve, efectivamente.

Abierto el proceso de sucesión que en principio llega hasta septiembre hay tres candidatos que encabezan las encuestas. Tres ministros. El primero es el de Hacienda, Rishi Sunak, de origen hindú, miembro del parlamento desde 2015. La Secretaria de Defensa, Penny Mordante, le sigue de cerca. En tercer lugar, está la ministra de Exteriores, Liz Truss, que cuenta en principio con el apoyo de Boris.

Entre los muchos problemas que se plantean con esta sucesión el más importante o notable es la relación del Reino Unido con la UE en lo relativo Irlanda. La negativa de Boris Johnson a aceptar las condiciones para que Irlanda del Norte siga siendo parte del Reino Unido y al mismo tiempo beneficiaria de las condiciones de libertad de circulación de personas y mercancías supone una ruptura con Bruselas. La consecuencia inevitable es restablecer la frontera rígida entre las dos Irlandas. Porque una parte, la República Irlandesa, es miembro de pleno derecho de la UE y la otra, el Ulster, sigue la decisión británica del Brexit, salirse de la UE.

El temor a perder la frontera blanda entre los dos territorios ha producido un rechazo por ambas partes. El partido del Sinn Fein reclama desde hace tiempo la unidad de Irlanda perdida por motivaciones políticas y religiosas. Por su parte, el partido Unionista del Ulster que reclama la unidad británica está en horas bajas de popularidad.