El mandato emanado del seno del Parlamento Europeo no puede ser más claro: los grandes proyectos de infraestructuras de transporte incluidos en la red básica TENT-T deben estar completos a finales de 2030. Lejos de dar un balón de oxígeno a los países y mostrarse algo más flexibles con los tiempos, el Comité de Transportes ha ratificado esta misma semana la fecha límite marcada desde hace años.

De este modo, corredores aún pendientes como la plataforma de alta velocidad entre Burgos y Vitoria tienen la orden de estar en servicio de aquí a 2030, es decir, en algo más de un lustro. En caso de que se produzcan retrasos «significativos», el mandato de los eurodiputados es sencillo: sugieren a la Comisión Europea que inicie «de inmediato» un procedimiento de infracción o, en el peor de los casos, reduzcan e incluso cancelen la financiación prevista para la obra en cuestión.

La foto fija que muestra esta infraestructura, lejos de dar visos de esperanza, es más bien todo lo contrario. Aunque es cierto que ha tomado un gran impulso durante los últimos meses, una vez se aprobó el estudio y se han adjudicado los contratos para la redacción de los proyectos, también es verdad que no se entregarán antes de 2025. Una vez los recibida el Adif, este tendrá que revisarlos y sacarlos a licitación. 

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