Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


Pedro Sánchez puede tener un as secreto en la manga

20/05/2023

¿Tiene Pedro Sánchez un as secreto en la manga, un arma política que le hace desdeñar -como desdeña de hecho- las polémicas surgidas sobre las candidaturas de ex etarras en las listas de Bildu y tantas otras controversias preelectorales que pesan sobre las encuestas y, sin embargo, pasarán como el agua bajo los puentes?

De creer a algunas fuentes relacionadas con la marcha de la campaña del PSOE (y de la parte mayoritaria del Gobierno), la tiene. O pudiera tenerla, en función de no pocas y complicadas variables. Porque Sánchez sueña con repetir, naturalmente en contexto muy distinto, aquella foto de Jimmy Carter mediando en Camp David entre Beguin y Sadat por la paz en Oriente Medio. Solo que ahora los interlocutores serán otros, el escenario sería Madrid o Bruselas y el objetivo a pacificar, la guerra en Ucrania.

Aseguran los mentideros que de algo de esto se habló en el encuentro mantenido el pasado día 12 entre Pedro Sánchez y Joe Biden en la Casa Blanca. Obviamente, el presidente norteamericano no podría ser el mediador entre Zelenski y Putin para llegar a un acuerdo de alto el fuego primero y de paz después. Pero sí podría ocurrir que la figura en medio entre el presidente ruso y el ucraniano fuese... el presidente de turno de la Unión Europea. O sea, el hombre que prepara una presidencia semestral de la UE que no quiere que sea una más, que ha de dejar huella en estos momentos de especial zozobra internacional. Pedro Sánchez.

Aseguran que una parte de la diplomacia española está trabajando, de momento sin grandes avances concretos, en este sentido: una de las dificultades es que Sánchez, en la pasada cumbre de la OTAN en Madrid, y ante el G-8, se pronunció con especial dureza contra el 'autócrata' Putin, aunque al señor del Kremlin le resbalan por su armadura críticas y ataques.

La verdad es que no hay confirmaciones oficiales, ni oficiosas, de cualquier contacto en el sentido al que me refiero. Ni podría haberlas. Pero es cierto que son muchos los vértices en los que se quiere propugnar la paz en un conflicto demasiado sangriento, demasiado injusto, demasiado prolongado. Lo intentan desde el papa hasta el presidente francés, Macron, que no se dejará ganar fácilmente la partida en el terreno de las grandes e inolvidables fotos, como aquella de Carter.

Para el inquilino actual de La Moncloa lograr esa imagen sería la gran culminación de su paso por el poder, hasta el punto de que poco le importaría, dicen quienes le conocen, ceder el paso nacional tras las elecciones para ocupar otro rol internacional, multipolar. Lo aceptarían Biden y Von der Leyen, lo propiciarían quienes impulsan la idea de una 'nueva' Internacional Socialista. Lo asumirían, incluso con alivio, algunos sectores del socialismo español, que buscan alternativas, hoy imposibles, a las actuales anomalías en el funcionamiento de la gobernación.

Atención, pues, a esta que ahora no es sino una hipótesis que se está tejiendo: Sánchez sabe que su prestigio y carisma están abrasados en una buena parte del electorado, incluyendo no pocos que se sienten y dicen socialdemócratas. En España no cae simpático, o mucho menos que en círculos europeos y norteamericanos, que él se ha cuidado mucho en cultivar, lo mismo que al mismísimo presidente chino. Guste o no guste a la oposición o a una buena parte de la ciudadanía, la trayectoria exterior de Sánchez ha sido esta Legislatura mucho mejor que la interna, y eso ha de tener un reflejo en el semestre presidencial, para el que la diplomacia española ha trazado un ambicioso programa -celebraciones sectoriales en todas las autonomías- que abarca no solo a Europa, sino a Latinoamérica y, claro, a los Estados Unidos. Este semestre presidencial español quiere dejar huella en todo el planeta.

En un mundo en el que cada día nos llevamos una nueva sorpresa, no cabe descartar esta que comento. El tiempo lo confirmará o lo desmentirá, pero no será solamente el azar quien actúe en este campo, porque en estas cuestiones el azar no existe. Y Sánchez es, ya se sabe, el hombre de los conejos en la chistera.