El desarrollo en Timoteo Arnaiz irá parejo a la judería

R.P.B. / Burgos
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El Ayuntamiento está decidido a descubrir la aljama que se ubicó en las laderas del Castillo a la vez que avanza el sector urbanístico del bulevar junto al puente de la autovía de ronda, cuyo inicio está cercano

Los terrenos del sector a desarrollar están cercanos al puente de la autovía de ronda. - Foto: Valdivielso

El compromiso sigue ahí: cuando el Sector 44-07 (ladera del bulevar junto a la calle Timoteo Arnaiz y el puente de la autovía de ronda) comience a desarrollarse urbanísticamente, el Consistorio empezará a acometer los primeros trabajos arqueológicos en la judería, que según los historiadores ocupó una gran superficie en una de las laderas del Castillo, la que hoy desemboca en la calle Murallas. Así lo ha asegurado el concejal de Urbanismo, Juan Manuel Manso, que avanza que el desarrollo del citado sector está cercano, toda vez que se encuentra aprobado el estudio de detalle y que los dueños de los terrenos permutados por la zona de la aljama parecen decididos a dar pasos más firmes, como la presentación de la ordenación de la zona urbanizable, en la que los arquitectos suizos que diseñaron el bulevar, Herzog&De Meuron, contemplaban la creación de una gran torre de diecisiete alturas.

Se está trabajando en ambas cuestiones, apunta Manso. Por un lado, con la constitución de la junta de compensación y el proyecto de desarrollo del suelo urbanizable en Timoteo Arnaiz; y, por otro, con estudio previos a la futura actuación en la zona del Castillo en la que se localiza la judería. «Pero el Ayuntamiento no puede actuar con excavaciones arqueológicas hasta que no se haya formalizado legalmente lo correspondiente al citado sector». Con todo, el concejal de Urbanismo subraya el interés y la voluntad del bipartito de afrontar esa acción cultural esta legislatura. Queremos intervenir en todo el Castillo. Y esa parte de la judería nos parece muy importante. Creemos que es una zona de alto valor arqueológico. Queremos actuar y ponerlo en valor

La importante judería. Aunque en Burgos apenas hay vestigios visibles (que quizás sí se hallen bajo la tierra de la ladera del Castillo en la que se ubicó), su judería fue la segunda más importante de Castilla, después de la de Toledo. Asentada hacia el siglo XI, aunque podría ser anterior, se ubicaba a los pies del Castillo, en el sector occidental de la ciudad, en la zona que hoy comprende parte del barrio de San Pedro de la Fuente, el Arco de San Martín y Los Cubos, si bien en sus orígenes estaba en un emplazamiento más alto, en un sector conocido como 'Villavieja', en el entorno de la iglesia de Santa María la Blanca. La expansión de la ciudad fue alejando a la comunidad hebrea de ese barrio, que se reubicó un poco más abajo del cerro, en dirección al río. La investigadora e historiadora Ana Isabel Ortega defiende que la presencia judía en Burgos alcanzó su apogeo en el siglo XIII, con una población de entre 540 y 675 habitantes, unas 150 familias, que representarían cerca del 9 por ciento de la población de la urbe castellana. «La aljama debió de poseer varias sinagogas, aunque las fuentes no proporcionen datos al respecto. De 1440 datas las referencias de una en la 'Villanueva', cerca de la puerta de San Martín». Para autores hebraístas como el gran estudioso mirandés Francisco Cantera Burgos, una de las principales sinagogas de la ciudad pudo asentarse en la parte más alta, en el solar donde más tarde se construiría el templo cristiano de la Blanca. La comunidad hebrea que estuvo asentada en Burgos fue muy activa. No sólo había banqueros o terratenientes, pertenecientes a la más alta esfera económica, sino también artesanos de todos los oficios, y su aportación social y cultural a la ciudad tuvo mucha importancia.

Los historiadores sitúan la aljama burgalesa en una de las laderas del cerro del castillo cercanas a la calle La Muralla.Los historiadores sitúan la aljama burgalesa en una de las laderas del cerro del castillo cercanas a la calle La Muralla. - Foto: Patricia

Un plan director. Cuando, el año pasado, un desprendimiento de tierras en la calle de Las Murallas reveló la aparición de restos óseos (eran de animales) y de pequeños pedazos de cerámica, volvió a ponerse de manifiesto el potencial arqueológico de los terrenos en los que se asentó la aljama burgalesa, que a buen seguro oculta piezas que contribuirían a reconstruir mucho mejor la historia de la presencia judía en Burgos. La citada Ana Isabel Ortega, después de las excavaciones de los años 90, realizó este diagnóstico tras hallar restos importantes: «Estamos ante un rico conjunto de materiales cerámicos relacionados con las actividades de la vida cotidiana de la población que vivía en torno a la iglesia de Santa María la Blanca, en la Villavieja, durante la Baja Edad Media. La documentación tardía sitúa en este espacio la judería alta y los restos de hanukiyot confirman esta presencia, aunque con un significado de abandono relacionado con la crisis del siglo XIV, que agudizó las tensiones sociales y políticas contra la comunidad judía».

Con todo, arqueólogos e historiadores coinciden en afirmar que se hace necesario un plan director para abordar en profundidad este pedazo de la historia de Burgos, pero hacerlo de forma integral, esto es, no quedándose exclusivamente en la zona de la judería, sino abarcándolo todo para una mejor comprensión de la historia.