Un incendio forestal calcinó ayer más de una treintena de hectáreas de pino de repoblación y monte bajo enmarcado en el entorno de Sedano y Gredilla de Sedano. El fuego, que se inició pasadas las 11 horas, se fue agravando a medida que avanzaba la jornada debido a las fuertes rachas de viento que complicaban las labores de extinción. Esas dificultades obligaron incluso a los medios aéreos a tener que retirarse del lugar ante la imposibilidad de trabajar en esas condiciones, aunque al principio de la tarde sí pudieron regresar a la zona para colaborar con los múltiples medios terrestres desplegados.
La magnitud que iba adquiriendo el incendio a primera hora de la tarde obligó a la Junta de Castilla y León a declarar el nivel 1 de gravedad. En ese instante y ante la dimensión que iba cogiendo el fuego, se alertó a algunos ganaderos a retirar hacia otras zonas sus reses. Así le ocurrió a Salvador Calvo, de Gredilla de Sedano, que no le quedó más remedio que retirar del monte a sus 130 vacas. «Todos los días subimos a ver a los animales porque son parideras y tenemos que controlarlas», aseguraba este vecino afectado que recibió el aviso de un guarda forestal.
Las rachas de viento llegaron a superar los 60 kilómetros por hora en algunos momentos de la jornada y ese se convirtió en el principal problema para llegar a dominar las llamas. Las labores del bulldozer resultaron vitales y el pronóstico para la noche era bueno al cierre de esta edición. Como se informaba desde la Junta, la previsión pasaba por que al caer la noche la velocidad del viento se iba a reducir y de forma paralela aumentaría la humedad relativa. Aun así, se han mantenido allí un equipo conformado por un agente medioamiental, una cuadrilla helitransportada (ELIF) y una autobomba.
Es el segundo incendio de importancia en la provincia de Burgos en los últimos 5 días tras el declarado el pasado domingo en Balmaseda (Vizacaya) y que afectó considerablemente al Valle de Mena.
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