La pasión sanjuanera impulsa la economía mirandesa

ARSENIO BESGA / Miranda
-

Los comercios de Miranda están «a tope» con la venta de blusas y demás productos para las fiestas, mientras que la hostelería llenará gracias a esta «inyección de trabajo»

Los bares colaboran con decenas de cuadrillas durante las fiestas de San Juan del Monte y estas lucen los logotipos de los establecimientos en sus blusas. - Foto: Jesús J. Matías

Apenas faltan tres semanas para el comienzo de las fiestas de San Juan del Monte y Miranda de Ebro ya empieza a notar su presencia anticipada. Los vecinos y las instituciones se preparan para lo que viene, lo cual implica comprar muchos artículos durante estos últimos días. De esa forma, varios sectores esenciales de la economía han notado un notable «impulso» en sus ventas y reservas de cara a las fechas clave de la celebración. No se libra casi ningún ámbito. Desde el textil a la distribución al por mayor, pasando por la publicidad y la hostelería, registran un repunte en sus cajas.

Ahora bien, aunque en los comercios textiles, reconocen que están «a tope» con la venta de blusas y complementos, ya que «desde la pandemia las semanas previas a las fiestas se han vuelto una locura», según explica Montse Martínez, de El Gallego, en otros ámbitos muestran un poco más de cautela. Concretamente, el sector de la restauración nota como aumenta la carga de trabajo de manera muy considerable, pero al mismo tiempo percibe que las cuadrillas están controlando el gasto en comida.

Pepe Rey, presidente de la Asociación de Hosteleros Altamira y gerente del Mesón La Picota, comenta que han «cogido todo el trabajo que se podía» y han logrado el 100% de reservas, aunque añade que «las cuadrillas han optado por menús más económicos». Así, pese a dar de comer con su catering a por lo menos un millar de personas, cree que antiguamente «era mucho más beneficio y ahora es un ingreso importante, pero casi uno más entre tantos otros eventos». Chus Conde, del Grupo Bocca, posee una perspectiva similar, puesto que tiene completos los comedores de Bocca y Carbón en todos los horarios, salvo los que no ha cogido reservas para dar servicio a los que no hayan podido solicitarlo con antelación, pero apunta que «el tique medio es un poco más bajo, para ajustarlo a lo que pueden pagar las cuadrillas».

Pese a ello, Conde aclara que se trata de un acontecimiento «fenomenal» para el negocio. Y para todo Miranda, en realidad. Por ejemplo, Daniel Nunes, del bar La Madre, cuenta que lo encara con «mucha positividad» dado que se trata de una «inyección de trabajo que se traduce en un impacto económico, pero también da visibilidad». En su caso, colabora con más de 15 cuadrillas, lo cual permite que el nombre de su establecimiento vaya deambulando por las calles durante esos días.

La publicidad, por tanto, también vive unas semanas muy provechosas durante todo el mes previo a San Juan del Monte. Bien lo saben en Ideamos, una de las principales empresas del sector en Miranda. Su gerente, Rubén Saiz, comenta que a lo largo de sus veinte años en el sector han trabajado con «prácticamente todas las cuadrillas» y cada una necesita «personalizar» desde blusas a trofeos, pasando por otros productos añadidos. 

Saiz nota «un impulso» enorme estos días. Eso sí, advierte de que se trata de una «moneda de doble cara», ya que también «hay vida después de San Juan del Monte». El gerente de Ideamos explica que trabajan en «una serie de campañas y las fiestas cortan el ritmo, son una locura por la propia idiosincrasia de los clientes». Por suerte, en esta empresa tienen 'callo' a la hora de trabajar de forma rápida y urgente. Su propietario dice que ya se han «acostumbrado» a los «repuntes» en la producción y solo le da «un poco de pena» tener que funcionar con tanta celeridad, aunque se trata de su «obligación». Además aclara que las labores relacionadas con la principal celebración mirandesa le llenan de «ilusión».

Ese refuerzo de las ventas se extiende hasta los grandes distribuidores. No obstante, como en el sector publicitario, en este también ven dos caras de la misma moneda. Merche Moisen, del mercado Mirandist, cuenta que tienen unas perspectivas «bastante» buenas, porque las fiestas suponen «una ayuda» al trabajar estrechamente con la hostelería. De hecho, reconoce que no tienen «ninguna cita como San Juan, que impulse tanto», pero añade que el repunte dura muy poco. Según dice, «se nota la venta, pero en las siguientes semanas casi no se trabaja porque los bares suelen comprar género suficiente como para 15 días».

Empleo puntual. Toda la economía se agita con San Juan del Monte, pero la hostelería lo hace en mayor medida. Por eso, muchos bares amplían sus plantillas de cara a estas fiestas. Daniel Nunes comenta que tiene constancia de que varios compañeros del sector han contratado para esos días a «jóvenes que vienen de sitios como Vitoria o Burgos» y, en su caso, ve facilidades para encontrar camareros, puesto que a los foráneos se unen los «universitarios» que vuelven a su ciudad y están dispuestos a compaginar «las fiestas con un pequeño sobresueldo».

Diez toneladas de hielos solo en un fin de semana. El impacto de las fiestas se extiende por toda la ciudad, pero también sale de ella y refuerza las ventas de empresas foráneas. Por ejemplo, el municipio no cuenta con un gran distribuidor de hielo y las cuadrillas salen fuera a buscarlo. A Bilbao, más concretamente, desde donde se les enviarán en torno a 10.000 kilos de este producto solo para un fin de semana.

Así lo confirma José Ignacio Gutiérrez, el gerente de Bilbohielo. Según dice, la cuantía «variará en función de las temperaturas, pero otros años ha rondado esa cifra». De esas diez toneladas de cubitos de agua helada, el 70% llegará el lunes, para cubrir las comidas del monte. Con todo, el empresario reconoce que «en Miranda se trabaja muy bien» y a lo largo de los 20 años que lleva en el sector, no ha encontrado una fiesta del norte de Burgos que le garantice tanta labor.