El proyecto de rehabilitación urbana del barrio arandino de Santa Catalina va generando cada vez más interés entre los propietarios de las 925 viviendas incluidas. A la espera de concretar qué porcentaje de ayudas aportarán Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), Junta de Castilla y León y Ayuntamiento de Aranda de Duero, constructoras y comunidades de vecinos han empezado a moverse. Se trata, dicen, de dar los pasos necesarios que les permitan optar a las subvenciones en materia de accesibilidad o eficiencia energética en cuanto se publiquen. Por ahora, al menos una treintena de bloques han roto el hielo y ya han encargado el proyecto y presupuesto de las obras que, en principio, tienen previsto acometer.   

Entre esas comunidades que han decidido ir allanando el terreno y situarse en la línea de salida cuando lleguen las ayudas (aún sin fecha) se encuentran algunas ubicadas en las calles Lerma, Belorado, Castrojeriz, Briviesca, Miranda de Ebro, Roa de Duero y Sedano, incluidas en la que podría ser la primera fase del ARU. A estas se suman otras de calles como Los Prados o Santa Margarita. Estos son los encargos en los que trabaja la constructora Cimbra Castilla yLeón, que cuenta con un equipo técnico y gestor formado por 12 profesionales que trabajan para dar forma a todos los proyectos que les han solicitado.

Asimismo, han recibido peticiones de comunidades de vecinos fuera del perímetro del ARU de Santa Catalina. Fuentes de la compañía recuerdan que en septiembre de 2021 celebraron una reunión en la sede de la asociación de vecinos del barrio con un gestor de fincas y un arquitecto que resultó «un éxito rotundo». De aquella cita, en la que se informó a los propietarios de las viviendas de los pasos a seguir para que sus proyectos lleguen a buen puerto y se beneficien de los 20,7 millones de euros que en principio se contemplan dentro del ARU, han salido multitud de encargos. La constructora, con experiencia en planes similares en Valladolid, trabaja bajo la denominada fórmula de «a éxito». Es decir, diseñan el proyecto con las mejoras que han de efectuarse (ya sea incluir ascensor, cambio de ventanas, aislamiento...) sin que los dueños paguen nada en un primer momento. Si esa propuesta resulta beneficiaria de una ayuda, la firma cobrará proyecto y obra. Si no, se descarta. «Eso transmite seguridad y confianza», explican desde Cimbra. 

Fuentes de la compañía, con sede en Aranda, recalcan que hay oportunidades como el ARU de Santa Catalina que equivalen a esos trenes que sólo pasan una vez en la vida y subrayan que una vez acometidas ciertas reformas, como la colocación de placas térmicas y el cambio de la carpintería, se logran ahorros energéticos de hasta un 80% en las casas. De hecho, el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento arandino, Alfonso Sanz, ya avanzó a este periódico que se han puesto en contacto con la empresa que presta el servicio de la red de calor para que amplíe su infraestructura hacia Santa Catalina y los bloques de viviendas del ARU se puedan beneficiar de la biomasa. 

Nueva reunión. En paralelo, crece el interés de diversas constructoras hacia un plan que, según lo previsto, se acometerá en seis fases, aún sin plazos. El jueves 3 de noviembre, la sede de la asociación de vecinos acogerá una nueva reunión, esta vez con Acciona. Se hablará de los trámites necesarios para concurrir y de la ejecución y financiación de proyectos. «Cuando hay compañías interesadas por algo es, a ver si se anima más gente», remata Antonio Adeliño, presidente del colectivo vecinal.