Con Raphael y la Carrá en el bombo

ALMUDENA SANZ
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Manu Revilla tira de cartones para apoyar a la Asociación de Donantes de Médula Ósea de Burgos a acercar su labor y concienciar a los jóvenes con un bingo musical, que invita a cantar y bailar con grandes éxitos

Andrés García (i.), Álex Sanmartí (c.), Manu Revilla y Vanessa Pérez ya tienen todo preparado para la noche de fiesta. - Foto: Patricia

El bingo, ese juego que ha amenizado nochebuenas más largas que un día sin pan y ha congregado en la plaza del pueblo a niños y señores con bastón, se reinventa. Cambia los números de los cartones por canciones y desafía a los jugadores a adivinar el tema y artista que suene en el altavoz. El bingo musical apuesta por levantar los culos de la silla, por sacar a bailar al compañero de al lado y unirse al cantante de turno a voz en grito. En una fiesta se convertirá el Bardeblás (La Puebla, 39) hoy desde las nueve y media de la noche, aunque empezará a animarse a la hora del vermú con el concierto de Las Tormento. 

Una buena jarana por una buena causa. La recaudación, a 5 euros el cartón con caña incluida, se destinará a la Asociación de Donantes de Médula Ósea de Burgos (Admobu), que con esta iniciativa busca acercar su labor a la ciudadanía y concienciarla sobre la importancia y la sencillez de hacerse donante. 

«Queremos atraer sobre todo a la gente joven porque antes se podía ser donante de los 18 a 65 años y ahora solo hasta los 40. Necesitamos jóvenes y la manera de conseguirlo es con fiesta», observa su presidenta, Vanessa Pérez, convencida de la efectividad del ambiente distendido de un bar. 

Y es que considera que hay un desconocimiento general de su funcionamiento. Un acto tan sencillo como entrar en la web de Sacyl, pedir un kit, pasarse un bastoncillo por la boca para recoger la saliva y volver a enviarlo. Esto se incluye en un banco y si en algún momento hay una compatibilidad, algo que ocurre en uno de cada 4.000, se produce la donación efectiva, que apenas ocupa un día a quien da su médula ósea, que se regenera. 

Todo esto al hilo de la música se entenderá mejor. La mecánica del bingo musical es sencilla. Cada uno de los 56 números que se meterán en el bombo tiene asociada una canción. Sonará y los participantes deberán identificarla y tacharla en el cartón. Se cantará la línea y el bingo. Y habrá premios. ¿Cuáles? Eso hay que verlo. 

El cantarín soniquete de los números tornará en temas de Raphael a la Carrá pasando por Modestia Aparte, Cómplices o Manzanita. Las posibilidades se alargan casi hasta el infinito y el papá de esta iniciativa no suelta prenda. Manu Revilla, fundador de la empresa de diseño sostenible Resistible, conocido como dj Cartones, celebró así con gran éxito su 50 cumpleaños y pensó que sería un recurso ideal para llamar la atención sobre una buena causa. Sabía que Admobu tenía ganas de movimiento, que Álex Sanmartí, propietario del Bardeblás, se apunta a un bombardeo y que Los García (Andrés y Ana, de Ronco Teatro) serían los perfectos maestros de ceremonia junto con Kicirke, otro teatrero entregado. 

«Se trata de concienciar de una forma divertida», resalta Revilla y enfatiza: «La idea es pasarlo bien, unir la emoción de un bingo popular con el tono festivo de grandes clásicos de la música, y redondearlo con este carácter benéfico». 

El bombo ya empieza a moverse y los bingueros están avisados.