El origen de un emblema

J.M.O.
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El briviescano José María Ortiz ha realizado un estudio de los distintos escudos que han representado a la ciudad

El origen de un emblema

Según el árbol genealógico de los Briviesca, vemos que ya en el año 1000 se utilizaba la terminología toponímica de ‘Briviesca’, antes ya en el año 950 se cita a Oveco de Berviesca en dicho documento como Señor de varias aldeas de la zona.

Es Don Pedro de Ruiz de Briviesca quien funda su Mayorazgo junto con su mujer Doña Ximena Eniguez en la Parroquia de San Martín en el año 1398 y pone su escudo de armas en lo alto de la rejería de la capilla de Las Viejas, en la entrada a la sacristía y donde hoy se puede ver perfectamente. Es un escudo que tiene dos tragantes unidos con lengua de fuego y a su alrededor tiene ocho pequeños escudetes atravesados por tres fajas equidistantes que significan las tres calles que atravesaban la villa cuando la Infanta Doña Blanca de Navarra, señora de Briviesca, la traslada en el año 1208 de su emplazamiento anterior en la Parroquia de Allende al lugar donde hoy está emplazada.

Ya conocemos pues el origen de las tres barras que atraviesan nuestro escudo, las tres calles que tenia la inicial villa de Briviesca. Este escudo más tarde se lo apropian los Velasco de Medina de Pomar (Doña María de Tovar esposa de Don Íñigo Fernández de Velasco, sobrino de nuestra Mencía, cogiendo este emblema para su linaje), tomando solo los dos tragantes y desechando los pequeños escudetes que lo bordean. Así la familia de los Briviesca se queda con el símbolo de las tres calles y coronado por otro mural por ser villa amurallada. Más tarde  la casa de los Duques de Frías cambian la corona del muro a real por haberse celebrado en la villa Cortes en el año 1387.

Ya tenemos pues un elemento que la historia nos avala. El segundo elemento que aparece en el escudo de los Briviesca son unas ondas de agua, que según algunos autores nos remitirían al Río Oca y según otros, al cauce molinar que atravesaba la villa.

Pues bien, las ondas de agua no representan ni al Oca ni al cauce molinar. La pista la encontré leyendo la obra de la primera mujer poeta del Perú y de toda Suramérica, Francisca de Briviesca y Arellano, hija de Gracián de Briviesca que fue Consejero Real y Alcalde de Corte.

Esta gran escritora briviescana, desconocida en España pero muy estudiada y valorada en Perú y en varios países suramericanos según la hispanista argentina Alicia de Colombí Monguió, Francisca de Briviesca, fue la primera mujer poeta conocida en toda Suramérica.

La profesora Colombí, ya fallecida, me decía hace unos años que no entendía como en España no se la conocía y ni que en su pueblo no tuviera al menos una calle dedicada a su nombre, en América del Sur su obra Miscelánea Austral, publicada en el año 1602, es muy estudiada y reconocida en todas las universidades suramericanas.

En dicha obra Francisca de Briviesca habla de su familia y de sus antepasados  y hace referencia a Ximeno de Muñatones, al que define como hombre valeroso por mar y tierra. Dice que traía naves gruesas y ricas y por eso su apellido trae un cuartel con ondas de la mar océana, que según la escritora pasan a formar parte de las armas de los Briviesca al entroncar dicha familia de Muñatones con los Briviesca y con los Bonifaz de Cameno que también las incorporan a su escudo porque también eran marinos.

Así pues ya tenemos tres elementos de nuestro blasón avalados por referencias documentales, la corona real, las tres calles y las ondas de mar y la pregunta siguiente es ¿que pintan las tres cabezas, dos de moros y una de cristiano en el actual escudo?

Aquí si que no he encontrado ninguna referencia histórica salvo las polémicas manifestaciones publicadas en la prensa burgalesa en el año 1927 protagonizadas por el Señor Gálvez Cañero, a su vez Cronista Oficial de la ciudad de Briviesca y el Director del Museo de Burgos Don Basilio Osaba Ruiz de Erenchun.

El primero viene a decir que el escudo real de Briviesca es el de las tres cabezas y el segundo que el bueno es de las tres calles sin cabezas como así figura en la cabecera de la silla del Alcalde en el Salón de Plenos y figuraba en la puerta del mercado viejo de la Plaza Mayor o en la puerta de la antigua cárcel.

 La verdad es que ambos aportan sus argumentos hasta que el 27 de septiembre del año 1927 el alcalde Don Manuel Pérez España convocó un pleno con solo dos asuntos en el orden del día, el primero para el arreglo de unos caminos vecinales y el segundo para cambiar el escudo de la ciudad  en base a un trabajo formulado por Don Enrique Gálvez Cañero con respecto al autentico escudo de Briviesca. Se acordó que figurase como escudo oficial y tal como recoge el libro de actas el compuesto por tres cabezas, tres barras y agua corriente.

Y así de esta manera quedó modificado el emblema briviescano, con un simple acuerdo municipal que debiera haber sido refrendado por la Real Academia de la Historia, aprobado por el Consejo de Ministros y publicado en la Gaceta Oficial para público conocimiento. Por ello, algunos autores mantienen que el escudo actual no es el verdadero ni el legitimo.

¿Cómo y donde aparecen las tres cabezas? Yo no he encontrado documentación al respecto, la verdad es que en Briviesca hasta el siglo XIV los musulmanes vivían en perfecta armonía con los cristianos. En el Fuero de Briviesca se habla del Juramento de Mancuadra según el cual los cristianos podían jurar sus tratos sobre la Biblia, los Judíos sobre la Torá y los Musulmanes sobre el Corán por lo que es de suponer que no hubiera problemas con los musulmanes ni ningún tipo de resentimiento.

A falta de documentación sobre las cabezas, su origen pienso que se encuentra en la Capilla de los Sofraga en la Colegiata de Santa María volviendo a escena nuevamente el linaje de Muñatones.

Don Juan de Muñatones, nacido y enterrado en Briviesca, Obispo de Segorbe-Albarracín y a quien el Rey Felipe II le encarga la educación e instrucción de su hijo el príncipe Carlos, que en el año 1544 le nombra predicador real y le ordena residir en Palacio para que elaborase las Constituciones Nuevas que se hicieron para los moriscos recién convertidos. (Más información en edición impresa)